MÁXIMA DE PAÍSES BAJOS

La básica tarea doméstico que el Principe Guillermo no sabía hacer y se la tuvo que enseñar Máxima de los Países Bajos

La reina tuvo que espabilar un poco a su marido en cuanto a los quehaceres del hogar

Fuente: Producción Panorama
Las tareas domésticas realizadas por el rey de Países Bajos.Fuente: Producción Panorama
Escrito en REALEZA el

No caben dudas que en el año 2022 cuando Máxima de los Países Bajos se casó con el príncipe Guillermo de ese país tuvo que adaptarse a toda la vida de royal. Aunque parezca todo un cuento de hadas son incontables los protocolos y exigencias que recaen sobre los hombros de esta gente y la presión puede ser mucha

Es por todo ello que muchas veces el hecho de que tengan tanta gente a sus pies y realizando todas sus labores por medio de estos protocolos genera que se conviertan en completos incompetentes a la hora de poder realizar sus propias tareas del hogar, si es que acaso alguna vez lo tienen que hacer. No es normal ver a un príncipe o rey preparando su propia cama o cocinando su propia comida

El punto interesante es cuando se juntan una muchacha más del mundo y versátil como lo supo ser Máxima de los Países Bajos, con un príncipe consentido que jamás movió un dedo por conseguir las cosas en el hogar. En ese momento es cuando se pueden ver situaciones de película como que un rey lave los platos en un quedada de amigos. Eso fue lo que sucedió.

La biografía realizada de la pareja cuenta la vez que el actual rey visitó por primera vez la Argentina de actual esposa y visitaron la increíble Patagonia. Allí se reunieron en un refugio llamado “El barrilete” y por supuesto estaban en un clima más distendido y desprovisto de toda la servidumbre a la que él muchacho estaba acostumbrada. Allí sorprendió a su novia lavando los platos de todo el grupo y comportándose como un mortal más.

La realidad es que en la actualidad Máxima de los Países Bajos se encuentra lejos de aquella muchacha que lavaba los platos y se parece más a los royas intocables, pero es bueno saber que alguna vez tuvieron un momento vivido como personas de carne y hueso.