Corría el año 1996 cuando Sarah Ferguson y su ex esposo, el príncipe Andrés, decidieron divorciarse luego de un largo matrimonio. Producto del mismo tuvieron a las princesas Beatriz y Eugenia y se juraron que su mala separación jamás perjudicaría a las niñas. El hecho de que ellos no tuvieran el mejor matrimonio no haría que no tuvieran la mejor familia por lo que decidieron no alejarse tanto.
Sarah Ferguson indiscutiblemente era una de las royals favorita de la difunta Reina Isabel II, siempre decía que era su nuera favorita y que siempre apreció todo lo que ella hacía por ella. La realidad es que se las veía siempre juntas a Sarah e Isabel y el hecho de que su nuera amara a sus famosos perros corgis era un punto muy importante.
Recientemente Sarah Ferguson fue consultada por el hecho de aún convivir con su ex esposo del que se separó hace 26 años y su respuesta fue más que contundente: “Simplemente nos funciona”. Siendo un poco más específica las niñas y su crianza han sido un factor determinante a la hora de analizar la manera en que querían vivir sus vidas.
Ellos se mantuvieron en Windsor y allí criaron juntos a Beatriz y Eugenia independientemente de estar divorciados y cada uno haciendo su propia vida. “Todo lo que puedo decir es que estamos contentos con la forma en que estamos ahora", dijo Fergie. "Siempre decimos que somos la pareja de divorciados más contentos del mundo. Estamos divorciados el uno con el otro, no el uno del otro”.
“Estoy orgullosa del trabajo que hemos hecho juntos para criar a nuestras hijas y para mantener una unidad familiar sólida. Nuestros lemas son comunicación, compromiso y compasión”. A su vez también ella ha quedado a cargo de los perros de la reina luego de su muerte. Fue una de las grandes responsabilidades que la reina Isabel II le delegó a Sarah Ferguson y que ella aún realiza con gusto.