Charlene de Mónaco es conocida en el mundo entero por ser la esposa del Príncipe Alberto. Pero tuvo una infancia muy dura y supo salir a flote. Con su llegada al Palacio Grimaldi debió enfrentarse a una vida totalmente diferente a la que estaba acostumbrada. Nació en Bulawayo de Zimbabwe en 1978, durante un conflicto por la independencia en ese país.
Los padres de Charlene de Mónaco se llaman Michael y Lynette y debieron mudarse a Sudáfrica por los problemas políticos en Zimbabwe. Él fue un nieto de inmigrantes alemanes que trabajaba en el sector de informática. Mientras que la esposa del Príncipe Alberto heredó la pasión de su madre por la natación, un deporte que practica desde los 3 años.
A los 12 años, Charlene de Mónaco y su familia deciden huir de Zimbabwe por una guera civil para instalarse en Sudáfrica. La princesa conoció de primera mano la manera de racionalizar la comida y no desperdiciar el agua. ”No teníamos electricidad porque no podíamos pagarla”, comentó en una entrevista la esposa del Príncipe Alberto.
¿Cómo fue su vida en Sudáfrica?
“Mi padre tenía dos trabajos, mi madre daba clases de natación. Sé lo que se siente cuando tienes que ir caminando bajo la lluvia kilómetros para ir a la escuela”, contó Charlene de Mónaco. Su padre pudo levantar su propia empresa de informática, mientras que su madre se dedicó a dar clases de natación. Así la princesa se empezó a destacar en ese deporte.
Charlene de Mónaco abandonó los estudios a los 17 años y se dedicó de lleno a la natación. Fue seleccionada para participar en diferentes torneos, entre ellos los Juegos Olímpicos. Allí conoció al Príncipe Alberto y su vida cambió totalmente. Se casó con el heredero al trono y tuvo dos mellizos llamados Jacques y Gabriella que este mes cumplirán 8 años.