La Reina Isabel II tuvo un largo e ideal amor con quien fuera su esposo de toda la vida, Felipe de Edimburgo. Sin dudas ha sido una de las parejas más famosas de la historia de la humanidad ya que fueron por largos años los reyes de una de las naciones más importantes del mundo. Siempre se mostraron muy cariñosos y unidos y toda Inglaterra lloró la muerte de Felipe hace muy poco.
El asunto es que Felipe de Edimburgo no fue el único amor de la Reina Isabel. A pesar de que ella se casó de muy joven con su esposo de toda la vida, tuvo tiempo de tener otro gran amor a corta edad.
Su gran amiga de la infancia Alathea Fitzalan ha contado recientemente en un libro las aventuras y desventuras de la infancia de la reina y entre los datos más importantes se pudo destacar una relación de amor con un joven previo a conocer a Felipe de Edimburgo.
Alathea era la nieta del duque de Norfolk y en los tiempos de guerra ella se refugió en Windsor donde conoció a la joven Reina Isabel y formaron una gran amistad. Juntas fueron entrelazando historias y de manera paralela Alathea fue escribiendo su diario donde la Reina Isabel tomó gran protagonismo.
En los diarios de Alathea se puede ver como ambas compartían el amor por un hombre el cual al parecer nunca se logró concretar. Este misterioso hombre se llamaba Hugh Fitzroy quien por entonces era el Duque de Grafton. Entre los pasajes hay una descripción de cómo la Reina Isabel sufrió el hecho de que su amado Duque Hugh Fitzroy tuviera que realizar un viaje al extranjero del que quizás nunca volvería. En su diario se pudo leer: “Es horrible que se vaya al extranjero, tal vez no vuelva a verle nunca”. Nunca se pudo saber si dicho amor se concretó pero fue una linda historia romántica de la Reina Isabel