La consuegra de Carolina de Mónaco es de las pocas personas que tienen la gran confianza para tratar con total normalidad y naturalidad a la notable princesa de Mónaco. Su relación es casi de hermanas y sienten una profunda devoción a pesar de que Vera Santo Domingo Rechulski no sea para nada amante de la fama y las cámaras.
Pronto se van a cumplir 10 años de una de las bodas del siglo cuando el hijo de Carolina de Monaco, Andrea Casiraghi y la desconocida hasta ese momento, Tatiana Santo Domingo. A partir de esa unión es que Carolina conoció a la que se transformaría en su consuegra, Vera Santo Domingo Rechulski y el vínculo sería inquebrantable. Desde un comienzo Carolina de Mónaco amo a la familia completa de la que sería su nuera. Fuentes allegadas a la familia real de Mónaco aseguran que Carolina dijo sobre Tatiana: “Es rica, guapa y educada” que es la misma manera en que definiría a la madre de la muchacha y ahora amiga personal de Carolina de Mónaco.
El asunto es que para la prensa mundial esta mujer, Vera Santo Domingo Rechulski es un verdadero misterio para la prensa mundial. Su alto nivel de discreción y su poca exposición social hace que se sepa lo mínimo indispensable de una mujer que se codea con las personas más importantes e influyentes de Europa y el mundo.
Sobre su vida personal es muy poco lo que se sabe. Algunos aseveran que fue modelo en Brasil, país de donde es oriunda, y es parte importante de la socialité de Río de Janeiro donde es propietaria de uno de los pisos más lujosos de la avenida Vieira Souto. Tuvo dos hijos con el hombre más rico de Colombia, Julio Mario Santo Domingo Braga con quien tuvo dos hijos incluyendo a Tatiana Santo Domingo, pero finalmente se divorciaron y ella se quedó con una inmensa fortuna.
El día a día de Vera Santo Domingo Rechulski es un misterio ya que decidió terminar con varios negocios de la familia de la que posee el 11% del holding familiar para dedicarse a sus hijos y nietos e ir a las fiestas de la alta socialité europea intentando pasar siempre desapercibida.