Todo el mundo cree que los famosos y ricos tienen la mejor vida posible. Conviven con los lujos, el amor de la gente, se codean con la celebridades en las mejores fiestas y la vida es color de rosa. Ni hablar si eres de la realeza como es el caso del Príncipe Guillermo quien nació en cuna de oro y vive con los privilegios más grandes del mundo.
Todo eso puede tener algo de cierto y seguro que las celebridades lo disfrutan mucho, pero también existe una contracara que la gente normal muchas veces no quiere ver y es todo lo negativo que tiene la fama y el reconocimiento por parte de la gente en el día a día.
Cualquiera de nosotros puede ahora mismo coger las llaves de casa, salir tranquilo a la vereda en busca de nuestro coche, pasar por ese café y tomar algo rápido sin que nadie nos moleste y conducir hasta la tienda que más nos guste a comprar ropa o lo que sea que tengamos ganas. Pero este no es el caso del Príncipe Guillermo
Todas esas cosas recién mencionadas que parecen tan normales y mundanas una celebridad no las puede hacer bajo ningún punto de vista. En el momento que pisan la vereda ya los estarían acosando con cámaras, en el café seguramente les pidieron fotos y ni hablar en el mall si quisieran ir a comprar ropa, allí se armarían tumultos de personas para lograr un autógrafo o una selfie.
Esta es la realidad del Príncipe Guillermo que no puede ni siquiera ir a tomarse al centro el café que le gusta. pero su cuñada Meghan Markle, esposa de su hermano el príncipe Harry, le ha enseñado el truco más fácil de todos que es el que utiliza ella misma cuando visita Londres. Tan simple como vestirse con ropa muy informal y una gorra larga que cubra bastante el rostro. Con ello se puede circular con normalidad y nadie te reconoce.