La princesa Diana se ha convertido en un ícono para la cultura popular y el mundo la mantiene vigente a pesar de que han pasado 25 años de la noche en la que falleció. En aquel entonces, sus hijos, William y Harry tenían 15 y 12 años y heredaron de su madre una abultada fortuna y un notorio patrimonio.
La princesa Diana dejó en manos de sus hijos sus pertenencias más preciadas, aunque las mismas, se mantuvieron en resguardo hasta que los pequeños fueran mayores de edad. Entre los objetos de más valor que Lady Di heredó a sus hijos se encuentran su anillo de compromiso y un reloj de marca Cartier.
Los hijos de la princesa Diana eligieron un recuerdo especial de su madre y es así como William se quedó con un reloj que había pertenecido a su abuelo materno John Spencer, mientras que Harry optó la sortija de zafiro con la que su madre se comprometió con el príncipe Carlos.
En manos de los hijos de la princesa Diana también quedó como herencia el vestido de su boda diseñado por David y Elizabeth Emmanuel. Se trata de una pieza inigualable, ya que cuenta con miles de perlas bordadas, capas de seda y una cola de casi 8 metros de largo. Una prenda de la alta costura que realmente es una joya.
La princesa Diana también le heredó a sus hijos una fortuna aproximada de 12 millones 966 mil 022 de libras esterlinas, una cifra que se achicó luego de la sucesión pero que equivale a unos 10 millones de dólares. Mientras los chicos alcanzaban la mayoría de edad, el dinero fue invertido y cuando lo recibieron alcanzaba la suma de 27 millones de dólares.
Además la princesa Diana dejó al resguardo de sus hijos objetos de gran valor sentimental como una serie de objetos entre los que figuran 28 vestidos, trajes de diseñador y dos tiaras de diamantes. Además los hermanos tienen en su poder el texto original del tributo de Charles Spencer a su hermana en su funeral en la abadía de Westminster.