Fueron siete largos años de reformas, pero finalmente el Palacio de los Príncipes de Mónaco pudo abrir sus puertas al público. La apertura no es la única buena noticia, ya que también coincide con el hecho de que la Princesa Charlene ha retomado su agenda pública después de un año de haber sufrido una infección otorrinolaringológica.
La decisión de remodelar el Palacio Grimaldi fue puramente del Príncipe Alberto. Sin escatimar en gastos, él y la Princesa Charlene llevaron adelante una restauración muy ambiciosa de todo lo que tenía que ver con las decoraciones interiores y exteriores del lugar, entre las que se encuentras los frescos del Renacimiento italiano que se encuentran en esta fortaleza que lleva más de mil años de pie.
El Palacio de los Príncipes de Mónaco no es solamente conocido por las obras de arte que alberga. También posee un zoológico propio que fue inaugurado en 1954 por el príncipe Rainiero, padre del Príncipe Alberto, Carolina y Estefanía y que alberga a unos 300 animales de 60 especies diferentes.
La historia del palacio del Príncipe Alberto y la Princesa Charlene
El Palacio Grimaldi fue construido en 1191 como una fortaleza genovesa y más de 100 años después, los antepasados del Príncipe Alberto se hicieron con él. Durante siglos soportó asedios, bombardeos y otros tipos de ataques, al mismo tiempo que la familia Grimaldi vio su poder en riesgo varias veces.
Con la llegada del siglo XX fueron el príncipe Rainiero y la princesa Grace (Grace Kelly) los responsables de levantar el Palacio y devolverle todo su esplendor a través de una serie de reformas que no solamente transformaron la residencial real, sino que extendieron a todo Mónaco, dándole una estabilidad y prosperidad de la que no había disfrutado en siglos.
Ahora, tras siete años de reformas que respetaron el medio ambiente y el patrimonio histórico, el príncipe Alberto y la princesa Charlene han vuelto a abrir las puertas del Palacio para el disfrute de todos los visitantes que desean conocer el lugar.