El Rey Carlos III de Inglaterra recientemente se ha proclamado como nuevo rey luego del deceso de su madre, la histórica Reina Isabel II quien falleció a los 96 años. Su legado ha sido de una vida al servicio de su pueblo y un respeto por todos aquellos con los que compartía y también supo sobrellevar tiempos muy complejos en la historia del país. Durante siete décadas se ha ganado por su rigor y discreción el cariño popular siendo considerada una de las reinas más queridas de la historia de la humanidad.
Luego de la muerte de la Reina Isabel II, toca el turno del reinado de su hijo, el Rey Carlos III quien ha esperado largos años para poder proclamarse de una buena vez por todas como soberano de la monarquía británica.
El mundo por supuesto ha posado sus ojos en lo que está siendo el traspaso de poderes y la proclamación de los nuevos títulos de la realeza. Los eventos reales se suscitan todos los días y el mundo está pendiente de la despedida de la amada reina de los británicos.
Pero dentro de todos los eventos que han ocurrido ya sea de tristeza o de alegría en el caso de las proclamaciones, pero hubo un evento del que todos hablan y a su vez repudian. La fea actitud que tuvo el Rey Carlos III con uno de sus súbditos al momento de la firma de la proclamación como Rey. Es entendible que los nervios están a flor de piel y que uno pueda tener un desliz, pero el destrato que ha tenido el hombre para con el empleado será muy comentado por mucho tiempo.
La deplorable acción que ha creado tanta polémica ha sido un feo gesto que el Rey Carlos III, le ha exigido con sumo desdén que retire de la mesa el tintero con el que iba a mojar la pluma para firmar la proclamación. Casi con asco es que llama la atención del muchacho el cual acude rápidamente para acatar las órdenes del nuevo rey.