En las últimas semanas hemos visto como la familia real británica le rindió el último adiós a la Reina Isabel II. Durante más de 10 días vimos a los miembros de la familia Windsor desfilar y respetar estrictos protocolos para que todo salga perfecto. Pero los protocolos y reglas no solo deben respetarse en un acto o evento protocolar, ya que los miembros de la familia británica también deben seguir ciertas reglas cuando llega un nuevo integrante a la familia.
Anunciar el embarazo
La familia real británica cuenta con un protocolo que indica cómo deben actuar las mujeres cuando se dan cuenta que están embarazadas. Usualmente, cuando un miembro de la realeza pasa por ello, se da a conocer luego de que se atraviesan las 12 primeras semanas pero, por ejemplo, con Kate hubo una excepción. La princesa de Gales experimentó náuseas importantes durante su embarazo y su familia tuvo que explicar la razón de su ausencia a los eventos oficiales.
En el caso de la fallecida Reina Isabel II, sus embarazos se escondieron durante muchos meses. Incluso Isabel II utilizaba vestidos y tapados que le cubrían la panza y que incluso disimulaban que estaba embarazada. También es interesante nombrar que la Reina Isabel II nunca fue fotografiada embarazada, ya que era algo "tabú" cuando ella era joven. No solo eso, sino que en algunos de los embarazos ni siquiera anunció que estaba esperando un bebé.
El sexo del bebé
El sexo del bebé debe ser mantenido en secreto hasta el momento del nacimiento. La familia real británica usualmente no es de revelar el género del bebé durante el embarazo. Todo debe ser mantenido bajo estricta confidencialidad antes de que el nuevo miembro de la familia real nazca. La sociedad se embarca en especular sobre ello, e incluso apuesta en diferentes casas de azar.
No pueden revelar el nombre del bebé
Kate Middleton tuvo prohibido revelar el nombre de sus hijos antes de que nacieran. Por lo tanto, el nombre que la pareja eligió para cada uno de sus 3 hijos no se supo hasta que nacieron. Lo mismo ocurrió con Archie y Lilibeth Diana, los hijos del príncipe Harry y Meghan Markle.