Los reyes de los Países Bajos junto a su hija Amalia fueron testigos de excepción de esta boda aristocrática, la princesa Miriam Al Ghazi de Jordania junto a sus hijos, Boris y Beltrán de Sajonia-Coburgo, Luis Medina Abascal junto a Clara Caruana, Ana Gamazo Hohenlohe, tía de la novia, Javier Fitz-James Stuart Soto, conde de Montalvo, con su hija Mencía, han sido algunos de los ilustres invitados que han desfilado por la alfombra roja . Victoria y Maxime, ya convertidos en marido y mujer, abandonaron el templo en un coche de caballos de la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.
Era una de las bodas más esperadas de la temporada otoñal. Jerez de la Frontera se convirtió este fin de semana en el epicentro de la realeza, la aristocracia y la jet set española para asistir a la boda de Victoria de Hohenlohe-Lagenburg, con el financiero franco-argentino Maxime Corneille.
Desde primera hora de la mañana a las inmediaciones de la plaza de San Miguel llegaban los primeros curiosos que no querían perderse el acontecimiento social del fin de semana en la localidad gaditana. Con un calor de justicia y unas temperaturas poco habitual en este mes otoñal, los alrededores de la Iglesia de San Miguel se fue llenando de gente y es que la presencia de los Reyes de Holanda junto a su hija Amalia causó una gran expectación entre los vecinos de la ciudad y no querían perderse de cerca a los soberanos.
Pero la gran sorpresa del día fue que la familia real junto a su hija Amalia no dejaron verse e hicieron su real entrada por la sacristía de la Parroquia de San Miguel para no restar protagonismo a los novios. Aunque sí estuvieron la noche antes en la fiesta preboda en el Palacio Campo Real, esta visita de los soberanos de los Países Bajos es estrictamente privada y fuera de agenda real, por ello que hayan querido mantener un perfil bajo y pasar lo más desapercibidos posible.
Cronología de una boda esperada
Pasaban las 12.45 de la tarde cuando llegaba en un impresionante Rolls Royce 20/25 sedanca del año 1937, Maxime Corneille del brazo de su madre y madrina, Alexia Iribarren, muy elegante con un vestido rojo de volantes, cuello perkins y manga larga muy favorecedor. El look de Alexia lo ha complementado con un elegante tocado con una gran flor y un espectacular y original broche.
Veinte minutos después lo hacía la novia y con ello se desvelaba el secreto mejor guardado, su vestido de novia. Victoria de Hohenlohe-Lagenburg, la joven con más títulos nobiliarios de nuestro país y de Europa, tiene exactamente cuarenta, llegaba en un coche, un landeau tirado por cuatro caballos castaños con guarniciones a la inglesa manejado por Moisés Fernández Buzón, de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, junto a su hermano y padrino Alexander, marqués de Navahermosa y duque de Ciudad Real. Los dos descendieron del imponente carruaje con una enorme sonrisa y felices camino del altar donde allí le esperaba su prometido Maxime.
El vestido de novia de Victoria
El vestido de Victoria, era de líneas sencilla a la par que elegante. Destacó la ausencia de tiara y velo. Como únicas joyas la duquesa de Medinaceli ha lucido unos impresionantes pendientes de brillantes en forma de maxilágrima. El traje, diseñado por la firma T.ba era de estilo romántico de silueta encorsetada. En blanco crudo el diseño de las hermanas López de Carrizosa, alma mater de la firma T.ba consistía en varias capas superpuestas, el escote cuadrado, el sobrevestido bordado con hilo metalizado y mangas francesas realizados con tul de seda traslúcido. La parte que más ha llamado la atención ha sido la cola de su vestido. Desde el centro de la espalda salía una impresionante cola protagonizada por una espectacular mantilla bordada a mano formada por multitud de capas con una espectacular caída y la belleza de los encajes que formaban la espectacular cola de varios metros.
Con un maquillaje muy natural y sublime, la duquesa de Medinaceli estaba radiante y muy sencilla. Pero para su peinado destacó por un recogido muy trabajado que destacó por su trenzado en la parte frontal hasta la coronilla que dejaba despejado la parte de las orejas para lucir los impresionantes pendientes de brillantes que lució como únicas joyas. El ramo de Victoria era sencillo y elegante compuesto por flores rosas y hojas verdes. Una novia estilo medieval a la vez que regía. A pesar de ser una de las casas ducales más importantes de nuestro país, la duquesa de Medinaceli ha sido muy sencilla a la hora de escoger su joyero. La aristócrata tan sólo llevaba los espectaculares pendientes en forma de lagrima de brillantes, su anillo de pedida y un discreto broche de oro blanco y diamantes que adornaba el trabajado recogido que ha lucido.
Invitados especiales
Una de las personas que más se ha emocionado al llegar a las inmediaciones de la Iglesia ha sido la madre de la novia, una elegantísima Sandra Schmidt-Polex que acompañada por su actual pareja, lució un bonito traje azul con pamela. La ex duquesa de Medinaceli no pudo ocultar la emoción de este día en una ciudad como Jerez de la Frontera que se echó a la calle para ver de cerca este enlace aristocrático.
La abuela del novio, Herminia de Corneille, se mostró igualmente muy emocionada y feliz de ver como su nieto caminaba al altar y le daba el sí quiero a Victoria, la mujer de la que se enamoró hace cuatro años y con la que quiere compartir el resto de su vida.
Y es que la pareja, discretos y muy poco amigos de los fotógrafos, se han mostrado muy cariñosos y han demostrado lo enamorados que están el uno del otro, y que hoy, con este paso, han cumplido el sueño de cualquier pareja tras más de cuatro años de feliz noviazgo, darse el ‘sí quiero’ ante sus familiares y amigos, testigos del amor de la joven pareja desde que comenzaron su bonita historia de amor.
La ceremonia religiosa ha oficiada por Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, el sacerdote sevillano que casa a toda la aristocracia andaluza, de hecho hace unos días fue el encargado de bautizar a la segunda hija de los duques de Huéscar y quien también casó a la duquesa de Alba, entre otras personalidades de la vida social de nuestro país.
Al salir de la Iglesia, ya convertidos en marido y mujer, los duques de Medinaceli, han posado para los reporteros gráficos y se han mostrado muy felices y emocionados. La pareja, algo nerviosa por la expectación mediática, se entrelazaron las manos y Maxime besó la mano de su mujer. Una muestra de afecto y cariño que deja ver el profundo amor que se tiene la joven pareja y lo compenetrados que están.
Pero este día habrá sido un poco agridulce para Victoria por la ausencia de muchos miembros de la familia Hohenlohe, debido al pleito que mantiene con la familia de su padre, a quien habrá echado mucho de menos. Marcos de Hohenlohe Medina, con quien Victoria tenía una unión muy especial y que falleció en un hospital sevillano tras una larga enfermedad en el 2016. Una pérdida que Victoria ha llevado siempre muy presente y que a buen seguro en este importante día su padre habrá estado más presente que nunca en su mente y en su corazón, pues tenían una relación maravillosa y pasaban mucho tiempo juntos.
Entre los más de trecientos invitados los que más expectación han causado han sido los reyes Guillermo y Máxima de Países Bajos, acompañados de su primogénita, la princesa Amalia y que la noche anterior estuvieron en la cena preboda en el Palacio Campo Real. La princesa Miriam Al-Ghazi de Jordania con sus hijos, Boris, heredero al trono búlgaro no reinante, y Beltrán. La princesa jordana ha elegido un look muy cómodo y acertado, un vestido verde agua con escote cruzado, manga larga y caída recta. Luis Medina Abascal, marqués de Villalba y primo hermano de la novia, tras desaparecer de la escena pública tras su implicación en el caso ‘Mascarillas’, ha acudido a la boda de su prima acompañado de su pareja, Clara Caruana, que ha sido otra de las grandes protagonistas a este enlace. La joven, que es la primera vez que aparece públicamente junto a Luis Medina ha acaparado la atención de los fotógrafos. La joven ha escogido para este día un vestido de encaje rojo, firmado por Oscar de la Renta, con brocados ajustado y falda midi que lo ha combinado con un elegante tocado de rejilla, sandalias negras, de Aquazzura y clutch con detalles dorados.
Ana Gamazo Hohenlohe, tía de la novia y esposa del empresario Juan Abelló, ha sido otra de las invitadas que ha destacado por su elegancia con un favorecedor vestido rosa palo de estampado floral, de Jorge Vázquez.
Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo, grandes amigos de los novios, ha sido otra de las parejas que han destacado por su elegancia. La mujer del duque de Huéscar ha lucido un vestido- túnica beige con grandes lunares en negro que hacía juego con su pamela de rafia y unas sencillas sandalias de tiras.
Javier Fitz-Stuart, conde de Montalvo, llegó a la Iglesia muy bien acompañado de su hija Mencía, nacida de su unión con Isabel Sartorius. La joven, de 26 años, ha destacado por su sencillez y elegancia minimalista. Mencía ha optado por un vestido en color nude hasta los tobillos que combinó con unos altísimos tacones de ante burdeos.
Finalizada la ceremonia, los novios junto a sus invitados se trasladaron a la finca ‘Salto al Cielo’, propiedad de la familia López de Carrizosa, donde disfrutaron de un exquisito almuerzo servido por el catering sevillano Miguel Ángel que estaba compuesto de productos típicos de la zona. Gambas de Sanlúcar, timbal de aguacate y salmorejo, fue el primer plato, seguido de solomillo de ternera a la plancha con milhojas de patata crujiente y verduras, para terminar con un delicioso postre a base de Tourbillon de dulce de leche, helado de vainilla y frutos rojos. Todo ello regado con vinos de Rueda Verdejo Marqués de Irún y Rioja Marqués de Riscal reserva.