El príncipe George, a sus tiernos cinco años, se ha convertido en un colaborador inesperado pero valioso en uno de los proyectos más personales de su madre, Kate Middleton. La princesa de Gales ha compartido cómo su hijo menor se ha involucrado sin saberlo en Shaping Us, la significativa campaña liderada por la esposa del príncipe Guillermo, que tiene como enfoque los desafíos que enfrentan los niños durante su primera infancia.
En su diálogo con Fearne Cotton, presentadora de televisión y maestra de ceremonias del simposio nacional sobre salud mental infantil, Kate reveló detalles fascinantes sobre las innovadoras actividades que realiza George en su escuela. La mencionada "rueda de sentimientos" en su clase es un ejemplo, donde niños de cinco o seis años identifican sus emociones del día a través de colores. Este enfoque lúdico pero efectivo destaca la importancia de comprender y expresar las emociones desde una edad temprana.
George , quien actualmente cursa su primer año en Lambrook Prep School en Berkshire, comparte esta experiencia con sus hermanos mayores, los príncipes George y Charlotte. La escuela tiene un compromiso destacado en atender la salud mental desde las primeras etapas de la infancia, dotando a los niños de habilidades para la resiliencia y la afronta de desafíos, al mismo tiempo que fomenta la valentía para pedir ayuda cuando sea necesario.
Colores que hablan: la rueda de sentimientos en Lambrook Prep School
El corazón de la experiencia educativa de George en Lambrook Prep School es la "rueda de sentimientos", una iniciativa que refleja la atención dedicada a la salud mental de los niños desde el principio. Esta rueda, donde los pequeños identifican sus emociones mediante colores, no solo es una actividad visualmente atractiva, sino una herramienta valiosa para que los niños comprendan y compartan sus estados emocionales de manera abierta y saludable.
La conexión de George con Shaping Us, aunque inadvertida, subraya la importancia de abordar la salud mental desde la niñez. La sensibilización temprana sobre las emociones no solo contribuye al bienestar individual, sino que también establece cimientos sólidos para la construcción de comunidades emocionalmente inteligentes y comprensivas.