Con la era del rey Carlos III, se avecinan varios cambios en la Navidad de la Familia Real británica. Mientras aún es una incógnita si los duques de Sussex pasarán los últimos días del año en Reino Unido, en la finca de Sandringham situada en el condado de Norfolk donde es tradición que los monarcas británicos pasen esta fechas, sí ha trascendido que los hijos, nietos y la hermana de la reina Camilla estarán por primera vez entre los invitados.
La llegada de Camila Parker Bowles y su esposo al poder, han impuesto nuevos aires y su sello a algunas de las tradiciones y este año habrá importantes cambios. Las listas de invitados que acudirán el 25 de diciembre a la comida en Sandringham incluirán por primera vez a los familiares de Reina, según ha informado la cadena de televisión británica ITV.
Camilla Parker Bowles tiene una relación muy cercana con sus hijos Laura Lopes y Tom Parker- Bowles y con sus cinco nietos y aunque siempre en un segundo plano, desde que Carlos de Inglaterra subió al trono han tenido un mayor protagonismo y un sitio privilegiado. De hecho, en la ceremonia de coronación, los hijos de Camilla ocuparon la primera fila de la Abadía de Westminster, mientras que Harry ocupó la tercera.
Sorprende que el hijo menor del rey Carlos III, su nuera Meghan Markle y sus nietos Archie y Lilibet sean duda en la mesa, mientras que la familia de la reina consorte sí estará presente. Cabe recordar que a pesar del distanciamiento, el príncipe Harry ocupa el quinto puesto en la línea de sucesión por detrás de su hermano y sus sobrinos y no ha renunciado a sus derechos dinásticos.
De todas formas, el rey Carlos III tendría confirmado que los duques de Sussex aceptarían pasar la Navidad en Sandringham, aunque todavía no han recibido una invitación formal, según han señalado el Daily Mail y The Times. Un movimiento que viene después de que el pasado 14 de noviembre Harry felicitara con una llamada de teléfono, en la que participaron su esposa y sus hijos, a su padre por su 75º cumpleaños, lo que se ha interpretado como un punto de inflexión en su relación y que la reconciliación estaría más cerca.