Durante la reciente ceremonia de los premios Princesa de Asturias, ya nos deleitó con los pendientes de aguamarinas de Bulgari, heredados de su madre. Pero ahora, se abre un abanico de posibilidades, especialmente en lo que respecta a las codiciadas tiaras. Estas son las joyas que ya puede usar la Princesa Leonor.
El Collar de 37 perlas grandes
Este regalo de pedida de Francisco de Asís Borbón a la reina Isabel II en 1846 destaca por su discreción y grosor notable. Su lucimiento más reciente fue en octubre de 2018 por la reina Letizia, durante la recepción al presidente alemán Frank-Walter Steinmer. Un toque de elegancia atemporal que podría ahora brillar en la colección de la joven Princesa Leonor.
Los pendientes de chatones
Con un brillante central rodeado de otros más pequeños, estos pendientes cuentan la historia de la reina Victoria Eugenia y sus festividades con Alfonso XIII. La reina Letizia los ha llevado con gracia en numerosas ocasiones, y la infanta Cristina los seleccionó para su boda. Una elección que, quizás, brille en las futuras apariciones de la Princesa Leonor.
La centenaria Tiara Mellerio
La tiara Mellerio, también conocida como la Tiara de las Conchas, es un regalo histórico que llegó a manos de la infanta Isabel, La Chata, en su boda con Cayetano de Borbón Dos Sicilias y Habsburgo. El diseño en platino, con diamantes y perlas, aporta un toque medio llamativo, perfecto para ocasiones especiales. Una pieza que se remonta al siglo XIX y que podría ser la elección de joya perfecta para la Princesa Leonor en futuros eventos reales.
La Diadema Floral
Un regalo de Franco a la princesa Sofía por su boda con don Juan Carlos, la diadema floral ha pasado por generaciones. Originaria de 1879, elaborada en oro y plata con diamantes, su diseño flexible permite que la flor central se use también como broche. La reina Letizia la considera una de sus favoritas, y su versatilidad podría cautivar también a la Princesa Leonor para realzar su elegancia en diversas ocasiones.
La Diadema que conquistó dos Bodas Reales
La diadema prusiana, una creación de 1913 de los joyeros berlineses Robert y Louis Koch, es una joya con doble encanto. Elegida por doña Sofía en su boda y luego por doña Letizia en la suya, marca la tradición en la familia real. Confeccionada en platino y diamantes, su diseño dividido en dos bandas con una hilera de columnas y un diamante en forma de lágrima al centro la convierten en una pieza única. Un legado que podría continuar deslumbrando en futuras ceremonias reales, portada por la Princesa Leonor.