La princesa monegasca, embajadora de Chanel, se mostró muy interesada por los monumentos sevillanos, concretamente se detuvo en la belleza de la arquitectura del Real Alcázar de la capital andaluza, donde tuvo lugar la entrega de premios.
Muy elegante, para este señalado día la hija de Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi, optó por un vestido de la colección otoño-invierno 2023 de Chanel. Un diseño de dos piezas, la parte superior de tirante ancho, cuello recto y flores en tonalidades rosadas y la falda negra con aberturas laterales atrevidas. Complementó su outfit con un moño bajo, engominado, con labios cereza para resaltar el suave maquillaje.
Aprovechando su estancia en la ciudad andaluza, la aristócrata, quien se mostró muy cercana con todos los que se acercaban a ella para saludarla, recorrió con sus amigos algunos de los sitios más típicos de la capital, degustó productos típicos de la zona como el queso y el jamón 5J y contemplo algunos de los más bellos monumentos de Sevilla. Y es que como dice la canción de ‘Los de Río’ Sevilla tiene un color especial. Y muy especial fue la visita de la nieta de la mítica Grace Kelly durante las cuarenta y ocho horas que permaneció en la ciudad.
Carlota Casiraghi, muy comprometida con la cultura y la filosofía, defendió durante su discurso tras la entrega del galardón, la civilización y el diálogo entre culturas, en una impresionante gala celebrada en un entorno mágico e inigualable como es el Real Alcázar de Sevilla. Y precisamente el galardón otorgado por esta publicación ha sido por el incansable compromiso social, su pasión por la literatura y su espíritu democratizador en relación a la cultura, feminismo y la moda, lo que ha llevó al jurado de estos premios a la concesión a la princesa de este prestigioso premio.
Tanta belleza reunida en un día que la propia Charlotte Casiraghi se detuvo en uno de los salones que un día vieron el enlace de Carlos V con Isabel de Portugal y donde han acogido rodajes como la película Lawrence de Arabia o la serie Juego de Tronos, para contemplar semejante arquitectura. Sobrecogida por la belleza del lugar manifestó a sus acompañantes: “Necesito un momento para observar las arcadas en este lugar fantástico”, donde se detuvo con mucha curiosidad antes de entrar al comedor principal donde tendría lugar la posterior cena. Una velada en un entorno único donde los invitados degustaron Bisque de carabineros, solomillo de ternera al horno y para terminar con un postre compuesto por perfecto de chocolate. Todo regado con vinos Ysios; Blanco 2021, Rosé 2022 y tinto 2016.
Durante la cena se fueron sucediendo los discursos y le tocó el turno a la princesa en unas palabras emotivas que no dejaron indiferente a nadie, agradeciendo la invitación y el premio y sin olvidarse de la complicada situación por la que pasa tanto el mundo como el planeta: "Es un gran honor para mí recibir este premio. Con esta elección, Vanity Fair reconoce un compromiso por transmitir y compartir la literatura y filosofía como factores de transformación que pueden llegar a combatir el dogmatismo y el fanatismo que inoculan el veneno de la enemistad, la intolerancia y el odio”. Recalcó el valor histórico de una ciudad como Sevilla y del propio Alcázar, quedando fascinada con la belleza del mismo: “Me gustaría igualmente hablar de la llama de la esperanza. Veo un destello de ella aquí mismo, en el Real Alcázar donde somos bienvenidos esta noche. El palacio construido por el Emir Abd Al-Rahman III y concedido por Charlotte Camp, es un magnífico ejemplo de la posibilidad de que la civilización fomente el diálogo”.
Muy amante de la literatura y filosofía, la princesa monegasca quiso tener unas palabras en su emocionante discurso para María Zambrano, quien ha sido una de sus mayores influencias literarias y filosóficas. Charlotte Casiraghi alabó a la española: “Concebía la filosofía como una actividad transformadora que no podía limitarse a la especulación. Es necesario dar espacio a otras modalidades de razón, a lo que ella llamó ‘la razón poética’. La razón poética no ilumina desde el brillante y cegador sol de mediodía, sino desde el matriz ascendente del amanecer”. “La razón poética nos ayuda a pensar de una manera que no presume ni busca triunfos, sino que presta atención a las cosas simples y delicadas, donde parece que una promesa podría cumplirse”, finalizó la sobrina del príncipe Alberto II de Mónaco.
El evento estuvo amenizado con los acordes de la guitarra del cantautor español Guitarricadelafuente, Àlvaro Lafuente, quien interpretó los mejores temas de su repertorio como Guantanamera, Caballito o A mi manera. El artista quiso dedicarle a Casiraghi unas palabras en francés: “Cuando se juntan la filosofía y la poesía, forman un vínculo inquebrantable, realmente poderoso, con el que mover el mundo”.
Carlota Casiraghi, feliz y emocionada tras la entrega del galardón estuvo en este evento acompañada de numerosos amigos, de su familia de la casa Chanel, de la que es embajadora y de varios miembros de la editorial Vanity Fair. Adriana Abascal; Nieves Álvarez; Boris Izaguirre; Laura Ponte; Garbiñe Muguruza; Eugenia Ortiz Domecq; Diego Martín; Xandra Falcó; Virginia Fieto; Javier Aznar; Rocío Peralta; Lucas Vidal; Begoña Trapote; Álex Pastrana; Brianda Fitz-James; Pilar Gónzález de Gregorio; Lulú Figueroa Domecq; Abril Zamora; Teresa Baca; R Vicente Cebrián-Sagarriaga, Presidente de Marqués de Murrieta; Luis Arroyo, Presidente del Ateneo de Madrid; Fernando Solís, Marqués de la Motilla; Mercedes Llorente, Marquesa de Monsalud; Ana Cristina Portillo Domecq; Miguel Carrizo; Topacio Fresh; Inés de Cominges y Olaya Caldera entre otros.
La entrega del premio estuvo precedida por un acto de carácter literario celebrada por la mañana en el hotel Alfonso XIII de Sevilla, un mesa redonda bajo el lema “La pasión como nexo entre literatura y filosofía” en la que Charlotte Casiraghi participó junto con la escritora española Milena Busquets, uno de los nombres más relevantes de la novela contemporánea; la psicoanalista, filósofa y profesora de literatura norteamericana Isabelle Alfandary; y la escritora francesa Anne Berest.
Sobre la labor de Charlotte Casiraghi como Embajadora y Portavoz de Chanel
El reconocimiento de Vanity Fair destaca la influencia global de Charlotte Casiraghi como Embajadora y Portavoz de la Casa CHANEL, un papel en el que ha sido fundamental para la difusión de la cultura a través de iniciativas como la serie “Les Rendez-vous littéraires rue Cambon”, en la que reúne a mujeres, escritoras y amigas de la Casa con el objetivo de promover la emancipación y empoderamiento de las mujeres, tanto a través de obras originales como de importantes figuras literarias. La contribución de Casiraghi para hacer la literatura accesible y fomentar el compromiso creativo se extiende a podcasts, conversaciones literarias y listas de lectura seleccionadas. Además, es la presidenta de “Les Rencontres Philosophiques de Monaco”, que en poco tiempo se han convertido en un foro relevante para debates interdisciplinarios que atraen a figuras líderes. Este proyecto, lanzado en 2015, surge de la convicción de que la filosofía debería ser accesible para todos, e inició un marco para el diálogo con propósito en el cual todos pueden participar. Anualmente, también se otorgan varios premios para apoyar a destacados autores y editores de obras filosóficas. A través de estas iniciativas, Charlotte Casiraghi se ha convertido en una figura cultural clave en todo el mundo, y este reconocimiento está en sintonía con la misión compartida de Vanity Fair y CHANEL de promover la cultura.