La llegada del amor de su vida no fue para nada sencillo para la Reina Isabel II. Lo conoció mucho tiempo antes a Felipe de Edimburgo y fue un flechazo a primera vista. Pero debieron esperar muchos años para concretar su compromiso por la edad que tenían. Los comienzos fueron en 1930, cuando en aquel entonces princesa tenía solo 13 años, mientras que su futuro marido tenía 18.
La diferencia de edad fue un impedimento en los primeros años y no fue bien visto por el Rey Jorge VI. Entonces fue una relación que mantuvieron en secreto hasta que la Reina Isabel II tuvo más edad. Mientras tanto, Felipe de Edimburgo se dedicó a su carrera naval. Cuando la madre del Rey Carlos III cumplió los 20 años, su futuro esposo le pidió la mano a su padre.
La respuesta del Rey Jorge VI al pedido de Felipe de Edimburgo contó con una condición. Debían esperar por lo menos un año más hasta que la Reina Isabel II cumpliera los 21 años. Entonces el 9 de julio se comprometieron oficialmente. La joya que le obsequió a Isabel fue diseñada por el propio príncipe y fue hecha con diamantes.
Las otras exigencias que cumplió Felipe de Edimburgo
Pero no solamente Felipe de Edimburgo debió esperar varios años para sellar su amor con la Reina Isabel II. También tuvo que renunciar a sus títulos de la realeza griega y se convirtió en el teniente Philip Mountbatten. Luego de casarse con la monarca el 20 de noviembre de 1947, recibió el título de Edimburgo que ostentó por el resto de su vida.
La ceremonia se realizó tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial y fue un hecho histórico para la realeza británica. Ese día las calles de Londres se llenaron de gente para ver pasar a los flamantes marido y mujer. Cinco años más tarde, Isabel se convirtió en reina y Felipe pasó a ser el Príncipe de Edimburgo.