Ser miembro de la familia real británica da acceso a los más grandes y desmedidos lujos. Se trata de personas que lo tienen absolutamente todo y al momento de analizar que esperan de sus empleados la realidad es que no hay límite. No es solo el hecho de vivir en los mejores castillos del mundo ni tener todas las comodidades, las personas que trabajan para ellos también pasan por un duro filtro en el cual tienen increíbles exigencias en caso de que quieran trabajar para los royals.
Uno de los miembros de la familia real que cuenta con las mayores exigencias es el Príncipe Guillermo junto con su esposa Kate Middleton y sus tres ojos. Evidentemente están acostumbrados desde la cuna al más alto nivel y para ello comienzan desde las bases con el recurso humano. Contemplan absolutamente todo y esto se puede ver en las entrevistas laborales en las que se analiza quienes están a la altura de las circunstancias.
Por ejemplo, los empleados deberán tener un buen ojo para los detalles. Es decir, que noten hasta la más mínima diferencia. La jefa de contratación de personal reveló que para saber si es un buen candidato pone una mosca muerta en la chimenea y espera a ver si la nota.
Por otro lado tienen terminantemente prohibido hablar con los medios. Es una regla de oro que no se filtre bajo ninguna circunstancia todo lo que pasa puertas adentro en la casa del Príncipe Guillermo y Kate Middleton.
En cuanto a sus hijos, todo el personal tiene prohibido llamar “niños” a los pequeños príncipes. Los príncipes de Gales prefieren que se dirijan a sus hijos por sus nombres ya que "es una señal de respeto por los jóvenes como individuos". Por último tienen mucho recelo en cuanto a sus vestuarios y armarios. Nadie puede comentar fuera de la casa del príncipe ningún tipo de detalles de su vestidor ni que tipo de prendas tienen. Es una realidad que no es para todo el mundo este trabajo de atender a los royals