Los integrantes de las familias reales tienen la mala imagen de ser personas que viven del estado y de los aportes de la sociedad. Cuentan con muchos detractores dentro de sus distintos países y no es bien tomado que sus salarios provienen de las arcas de sus pueblos. La monarquía es una práctica que con el paso del tiempo se van perdiendo y cada vez más son las naciones que las van aboliendo.
Es curioso que en Europa aún se siga realizando esta práctica y que sus reyes y reinas sigan teniendo un peso importante tanto a nivel político como social. Sea cual sea su aceptación en sus países, lo que muchos no saben es que ellos sí deben trabajar y cuentan con agendas de trabajo en representación de sus reinados.
La realidad es que algunos trabajan más que otros y se lo toman de manera más profesional que otros. Es una mentira el hecho de que ellos solo deben estar descansando y viviendo de los impuestos de la sociedad. Ellos deben representar a su gente y de tal forma se presentan en actos protocolares y acuden en nombre de su bandera para que esta crezca a nivel internacional en el mundo.
Un claro ejemplo de ello es nuestra Reina Letizia la cuale es una incansable del trabajo. Es por lejos la royal que más apariciones sociales tiene y constantemente está buscando la manera de aparecer en sociedad, con casi 200 apariciones durante el año pasado fue el miembro de la realeza que más trabajó. Incluso más que su esposo, el rey Felipe que lo hizo en 50 oportunidades.
Lejos queda la familia real de los Países Bajos con Guillermo y Máxima los cuales se podrían considerar los más vagos ya que son muy esporádicas su apariciones y no hay un conteo puntual al respecto. Es por ello que de alguna manera nos podemos sentir orgullosos de la clase real con la que contamos en España.