Son tiempos en los que el rey emérito Juan Carlos I no goza de una muy buena reputación ni del aprecio de la sociedad en su conjunto. Una trayectoria cargada de polémicas, amoríos y acciones como la de irse de caza de elefantes a África en plena crisis económica de nuestro país ha hecho que la gente pierda un poco el amor por el ex monarca.
Con el paso del tiempo el pueblo español ha ido notando ciertas actitudes de Juan Carlos I que han lastimado su imagen se fue dañando al punto en que en el presente ya no visita estas tierras por el enfado social con el que se podría topar. Lo más duro han sido los casos de corrupción y lavado de dinero a los que se enfrenta por lo que no es lo más conveniente regresar por aquí.
Una de las grandes damnificadas con esta vida tan liberal por la que atravesó Juan Carlos I fue su esposa, la Reina Sofía quien a lo largo de su vida tuvo que hacer la vista gorda a todas las infidelidades y travesuras de su esposo. La familia de ella era consciente de la dura vida por la que atravesaba la Reina Sofía.
A medida que la relación fue avanzando y los años demostraron que el rey emérito era sumamente infiel y desleal con su esposa, la paciencia de la Reina Federica se acabó y comenzó a tener un vínculo sumamente ríspido con el que era motivo de infelicidad de su hija.
Las relaciones entre el emérito y su suegra eran tan malas que ella tenía una forma de referirse, que no beneficiaba en nada al Rey Juan Carlos. Fue la periodista Pilar Urbano, quien sabe mucho sobre la Familia Real, que reveló cómo llamaba la madre de la Reina Sofía a su yerno: “Tenientillo de nada”.