El año de la Reina Sofía definitivamente no está siendo el mejor de su vida. Llevamos tan solo 3 meses y ya ha tenido varios hechos desafortunados que la han dejado completamente desolada y triste. El hecho de ser parte de la familia real y una de las familias con más beneficios del mundo no siempre trae felicidad. Este tipo de cargos y de vida trae aparejado mucho de aparentar y de mostrarse feliz cuando realmente atravesamos momentos duros.
La primer muerte del año que la conmocionó fue la del papa Benedicto XVI quien era muy cercano a la reina y quien visitó España en reiteradas oportunidades por su gran relación con la Reina Sofía. Ese comienzo de año fue sumamente doloroso para ella y para todos sus allegados.
Pero las cosas no quedarían allí ya que el 10 de enero falleció repentinamente su hermano menor, el rey Constantino de Grecia, último rey legítimo de aquel país lo que significó un golpe durísimo para ella y su familia. Puntualmente ella era muy cercana a su hermano menor por lo que fue una de las personas que más sufrió esta muerte. Toda la familia real viajó al entierro para poder despedir a Constantino en un mar de lágrimas.
Finalmente llegó la estocada final, la muerte de su gran amiga Cristina Macaya quien luego de batallar contra un cáncer por largos 2 años, finalmente perdió la vida. Ellas fueron sumamente unidas y cómplices por lo que el deseo de la Reina Sofía era viajar a su entierro, pero lamentablemente debió esconderse.
Es que al entierro también asistirá una de sus peores enemigas, Marta Gayá. también amiga de la fallecida y que se hizo famosa por ser amante del rey Juan Carlos. Evidentemente por este motivo la Reina Sofía no la puede ni ver y esto habría generado que no viaje a Palma al entierro de su gran amiga.