El matrimonio de la Reina Sofía y el rey emérito Juan Carlos I ha sido una verdadera montaña rusa. El hecho de que el comportamiento de este último no haya sido el más ejemplar al momento de la fidelidad y de que todo el mundo se haya enterado de sus irregularidades matrimoniales hacen que hayan existido innumerables idas y venidas a lo largo de la historia, sobre todo en estos años.
Una joya que ha sido parte de todo este lío ha sido el famoso anillo de compromiso que Juan Carlos I le entregó el 12 de septiembre de 1961 a la reina Sofía. La misma la entregó en una pequeña cajita que él mismo se la arrojó esperando ver la cara de sorpresa de su amada al ver tamaña joya en su interior. La delicada joya presenta dos rubíes que están unidos por un diamante. En el hotel Beau Rivage de Lausanne, Suiza, Sofía le dio el sí a Juan Carlos I y se puso un anillo que no se quitaría por muchos años.
Pero con el paso de los años este anillo de compromiso pasó a ser una herramienta para detectar el estado de su pareja, ya que ella constantemente se lo está quitando y poniendo en base a cómo están ellos en su relación.
A mediados de 2020, por ejemplo, dejó de usarlo. Esto coincidió con la decisión del rey emérito de instalarse definitivamente en Abu Dabi para que sus escándalos financieros no influyeran en el reinado de su hijo. A su vez ya era un secreto a voces que la pareja ya estaba rota y que hacía tiempo que ellos dos no estaban juntos.
Lo curioso es que últimamente la reina ha vuelto a portar el famoso anillo. En el entierro de su hermano, Constantino de Grecia, lució la increíble joya y esto hace pensar que quizá el rey emérito podría volver a España para semana santa con el fin de pasar unos días con su familia.