Ser de la familia real no siempre te lleva a historias bellas y que todo sea color de rosas. Es una realidad que ser de la realeza tiene mucho de apariencias y de esconder la realidad. Este tipo de gente debe mostrarse impoluta y como personas perfectas que no tiene ningún tipo de dificultad en la vida, eso Carolina de Mónaco lo supo ejecutar a la perfección.
No tanto así su hermana Estefanía de Mónaco que supo vivir su vida de una manera completamente espontánea y feliz sin importarle en lo absoluto el famoso “qué dirán”. Ante los ojos de la monarquía, Carolina era la royal perfecta: siempre bien ubicada y discreta; mientras que Estefanía era todo lo contrario.
Esta gran diferencia que las separaba en cuanto a sus maneras de ver y vivir la vida son las que las llevaron a una historia que nadie en la casa real de Mónaco quiere que se sepa y que deja muy mal parada a Carolina de Mónaco. El amor por un padre y por guardar las apariencias puede llevar a la gente a realizar las cosas más extremas y eso es lo que pasó con estas dos hermanas.
La historia oculta indica que cuando Estefanía de Mónaco decidió casarse con Adan López Peres la polémica surgió porque los medios señalaban que ella estaba embarazada; un detalle que enfureció a Carolina, quien también atravesó un casamiento mientras esperaba un bebé.
De todas formas, ese supuesto hijo de Estefanía y Adan nunca nació. Todo indica que ella quiso casarse para evitar el enojo de su padre, por haber concebido un niño sin antes pasar por el altar. Pero Rainiero de todas formas se molestó con su hija, porque no se casó por iglesia. Cuando se confirmó que no estaba embarazada, muchos señalaron a Carolina de Mónaco como la culpable, insinuando que fue ella quien la obligó a terminar esa gestación