Desde que nacieron, tanto la Infanta Sofía como la princesa Leonor han vivido bajo los flashes de la prensa y de las revistas del corazón. Cada uno de sus movimientos y pasos a lo largo de su corta vida han sido estudiados hasta el más mínimo detalle ya que en ellas está el futuro del reinado. Siempre se han ceñido bajo estrictos protocolos y las apariencias son una de las prioridades en este mundo de las royals.
Uno de los temas sensibles en cuanto a la Infanta Sofía era su ortodoncia, es sabido que estas niñas deben mostrarse alegres y sonrientes y uno de los problemas que aquejaba a la pequeña eran algunos detalles en su boca por lo que su madre la Reina Letizia, siempre tan perfeccionistas, decidió que sus dientes debían ser perfectos por lo que comenzó un estricto tratamiento dental.
Su última aparición fue en la visita a la localidad madrileña de Chinchón con motivo del 60º aniversario de su Pasión Viviente. Como un grupo de turistas más, don Felipe y doña Letizia disfrutaron de la escena al mismo tiempo que compartían confidencias con muchos de los vecinos, una actitud muy cariñosa y cercana que no pasaba desapercibida para nadie.
Lo que llamó poderosamente la atención fue el cambio radical en la dentadura de la joven Infanta Sofía, sus apariciones públicas no son muy frecuentes por lo que todo el mundo se centró en ella y fue muy visible el cambio radical que hubo en su rostro a partir de la ortodoncia que mejoró su sonrisa considerablemente.
Fue durante la pandemia cuando la Infanta Sofía decidió colocarse la dentadura y para ello recurrió a la ortodoncia invisible. El objetivo era sencillo, alinear sus dientes y corregir la mordida, tres largos y tediosos años que ya han llegado a su fin.