El presente de Charlene de Mónaco es sumamente alegre y esperanzador. Después de unos años plagados de problemas, enfermedades y conflictos la princesa parece estar viendo luz al final del túnel. Mucho se ha hablado de su enfermedad contraída en Sudáfrica, de la mala relación que supuestamente tiene con su esposo, de lo distanciada que está con la sociedad monegasca. Son infinitos los temas que se le han adjudicado a la pobre Charlene de Mónaco.
La buena noticia para ella y para la sociedad en general es que se propuso revertir la imagen negativa que pudiera llegar a tener para con el resto de Mónaco y afirmó que se vincularía mucho más a los eventos de su esposo y de la familia real en general.
Es un hecho de que Charlene, su esposo y sus dos hijos son grandes fanáticos del deporte. Recientemente estuvieron en el Abierto de Tenis celebrando junto a los deportistas, y constantemente se los puede ver en eventos deportivos de élite mundial.
En esta última ocasión, el príncipe Alberto, la princesa Charlene y los pequeños Jacques y Gabriella han sido los encargados de presidir la entrega de trofeos del tradicional Torneo de Rugby de Santa Devota. Vestida de manera impecable con un estilismo muy primaveral, compuesto por unos pantalones pitillos blancos a conjunto con una camiseta básica, una americana azul marino y unos llamativos labios rojos, la Princesa ha compartido risas y confidencias con su esposo y sus hijos desde el balcón. Además, se ha animado a bajar al césped con los jugadores del equipo infantil para bailar con ellos al ritmo de La Macarena de los Del Río.
Para alegría de ella y de todo el pueblo de Mónaco, Charlene ha vuelto a ser la de antes y todo el mundo quiere que se presente en todos los eventos reales para poder disfrutar de su gran personalidad y presencia.