El mundo de la realeza siempre ha fascinado al resto de los mortales. Ser de este círculo tan privilegiado ha tenido grandes privilegios desde tiempo inmemoriales, y es hasta hoy que podemos ver cómo pertenecer a él también abre las puertas a diversos trabajos que seguramente esas personas no podrían ni soñar con tener.
Este es el caso de Máxima de los Países Bajos que lleva décadas en la realeza de su país y esto le ha permitido participar e ingresar a una institución como la ONU que no es para todos y en la cual por supuesto hay que ser sumamente capaz para poder trabajar en ella. La capacidad es algo que le sobra a esta reina que en su juventud supo ser una increíble estudiante que se destaca por sobre manera en administración de empresas y sus derivados y forjó una excelente carrera universitaria.
En 2009, Máxima de los Países Bajos se sumó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un rol como Defensora Especial del Secretario General para la inclusión financiera y el desarrollo. Se dice que, por esta función, la ONU le paga a Máxima un sueldo simbólico de 1 euro por año. Esto no significa que lo que ella hace no implique otros gastos: el gobierno neerlandés destinaría para esta actividad unos 150 mil euros anuales y la ONU también hace sus inversiones en el proyecto.
Evidentemente la reina Máxima de los Países Bajos tiene un sentido compromiso por la ayuda y confían en que el trabajo que realiza la ONU a nivel mundial es sumamente importante para la paz mundial y las ayudas humanitarias que tanto necesitan algunos países menos desarrollados.
Siempre se ha manifestado a favor del orden mundial y una manera de “hacer y no solo hablar” es formando parte de esta organización tan importante para el planeta entero.