REINA LETIZIA

El mal hábito que la reina Letizia fue obligada a corregir para ser aceptada por la corona española

Una vez que llegó a la corona eliminó los hábitos desagradables

Fuente: pinterest
La reina Letizia y un mal hábito que supo tener.Fuente: pinterest
Escrito en REALEZA el

La reina Letizia es una de las royals más sofisticadas y refinadas que existen en Europa. Su imagen y comportamiento son siempre impecables en todo tipo de apariciones sociales. Desde su manera de actuar y respetar los protocolos hasta su vestimenta formal, jamás se ha podido decir algo negativo con respecto a la manera de actuar y de lucir frente a los demás

Gracias a su antigua profesión como periodista, es una persona con una gran oratoria y si hay algo que sabe realizar a la perfección son los discursos y actos protocolares. Desde que se concretó su matrimonio con el rey Felipe tuvo que aggiornarse a los protocolos de la realeza y saber cómo comportarse, expresarse, los buenos hábitos y cómo vestir. 

La reina Letizia de adolescente Fuente: Pinterest @msn

Debido a su formalidad y elegancia no fue un trabajo complicado, pero sí es importante saber que previo a todo este mundo de glamour y protocolos, la reina Letizia era una mujer que solía maldecir e insultar con gran continuidad. Según sus más allegados y amigos siempre tenía las malas palabras en la boca y era normal escucharla decir la palabra “j*der”.

En su juventud tenía actitudes que, dentro de la realeza, se consideran demasiado ordinarias para una mujer, como por ejemplo los insultos o el tono alto de voz a la hora de las discusiones. Estas eran prácticas que Letizia traía desde siempre y, de hecho, que utilizaba con su primer esposo, Alonso Guerrero.

La reina se consolidó como una excelente periodista Fuente: pinterest @msn

Ellos se conocieron cuando Letizia tenía 17 años y se casaron al poco tiempo. Pese al amor que sentía, su relación no funcionó debido a que ella era muy joven y, además, estaba muy enfocada en viajar por el mundo y desarrollarse como periodista. Pero, mientras duró su vínculo amoroso, era muy usual escuchar a la actual reina de España levantar la voz e insultar a su esposo cuando no se ponían de acuerdo.