Tras su controvertida abdicación en 2014, el rey emérito Juan Carlos I ha sido objeto de atención mediática debido a ciertos escándalos que han afectado la imagen de la monarquía. Ante esta situación, el rey Felipe VI ha impuesto una serie de estrictas reglas para permitir las visitas de su padre a España, con el objetivo de evitar nuevos conflictos y preservar la reputación de la Familia Real. Aunque no se han hecho públicas oficialmente, algunas de las reglas que se han filtrado son las siguientes:
No participar en fiestas nocturnas: Juan Carlos I tiene prohibido participar en fiestas o eventos nocturnos que puedan generar escándalos o situaciones comprometedoras. Esta medida busca salvaguardar la imagen pública de la monarquía y mantener un perfil discreto y sobrio.
Limitación en sus conversaciones con la prensa: El rey emérito debe limitar sus interacciones con los medios de comunicación y solo debe dar declaraciones sobre asuntos oficiales o personales de relevancia pública. Evitar entrevistas o comentarios controvertidos es esencial para evitar malentendidos o interpretaciones negativas.
Evitar escándalos y controversias: Juan Carlos I debe evitar cualquier comportamiento o situación que pueda dar lugar a escándalos o controversias. Esto incluye mantenerse alejado de situaciones polémicas o actividades que puedan ser objeto de críticas o especulaciones. Restricción de movimiento a Galicia: El rey emérito solo tiene permitido desplazarse dentro de la comunidad autónoma de Galicia. Esta limitación geográfica busca controlar sus movimientos y mantener un mayor control sobre su presencia en España.
Permanecer acompañado de su círculo de contención: Durante sus visitas, Juan Carlos I debe estar acompañado por su equipo cercano de asesores y personal de confianza, conocido como el "círculo de contención". Esta medida busca asegurar que todas las actividades y movimientos estén adecuadamente supervisados y coordinados. Ahora simplemente queda ver que actitud toma el rey emérito con respecto a todo este asunto.