Es importante tener en cuenta que los miembros de la realeza suelen tener un presupuesto asignado para cubrir los gastos relacionados con sus viajes y compromisos oficiales. Estos fondos suelen provenir del presupuesto real y están sujetos a escrutinio y supervisión. Los gastos en viajes de la realeza a menudo están destinados a promover relaciones diplomáticas, apoyar causas benéficas y representar a la corona en eventos nacionales e internacionales.
El rey Carlos III y su esposa, la reina Camilla Parker Bowles han gastado gran cantidad de dinero público en viajes privados. Esto es algo que debe ser informado de manera pública y al momento de enterarse la prensa los resultados no gustaron mucho. Las cifras son exorbitantes y se presume que han sido viajes en gran medida por placer.
A los máximos monarcas de Reino Unido les gusta pasar tiempo fuera del ojo público local y es por eso que destinan su tiempo -y la gran fortuna del país- en escapadas de descanso a sus lugares predilectos. Uno de sus gastos más ostentosos fue en junio del año pasado, cuando destinaron más de 230 mil dólares en una visita a Ruanda.
Camila Parker y su esposo, Carlos III, visitaron Alemania durante marzo de este año. Para aquella ocasión, la familia real invirtió más de 180 mil dólares, convirtiendo esta experiencia en la segunda más costosa del último periodo.
Todo ello ha causado un gran revuelo debido a que quedó a la vista la diferencia en cuanto a años pasados. El rey Carlos III y Camila Parker elevaron tanto sus gastos que la familia real pasó de invertir 700 mil dólares anuales -solo en viajes- a casi cinco millones de dólares; números que causaron un efecto notoriamente negativo en la ciudadanía de Reino Unido. Ellos se han jactado de querer reducir el gasto público que genera la corona pero sus acciones demuestran lo contrario.