El rugby, un deporte conocido por su intensidad y espíritu de equipo, ha encontrado un lugar especial en los corazones de la realeza de diferentes países a lo largo de la historia. Entre los miembros de la realeza que han demostrado ser apasionados aficionados a este deporte se encuentran el príncipe Alberto y la princesa Charlène de Mónaco, así como el príncipe Harry de Inglaterra.
El príncipe Alberto y la princesa Charlène de Mónaco son conocidos por su amor por el rugby y han elogiado repetidamente los valores que este deporte fomenta, como la lealtad y el respeto hacia los demás. Su entusiasmo por el rugby ha sido evidente en diversas ocasiones, desde asistir a partidos y eventos relacionados con el rugby hasta expresar su apoyo a los equipos y jugadores.
El príncipe Harry, un miembro destacado de la realeza británica, también es un gran admirador del rugby. Ha sido visto en numerosas ocasiones en partidos de rugby y ha demostrado un profundo interés en el deporte. Según James Haskell, una leyenda retirada del rugby, el príncipe Harry es "un increíble defensor de todo lo bueno del rugby inglés".
La pasión por el rugby no se limita solo a las casas reales europeas. En España, el rey Felipe VI otorgó el título de 'real' a la Federación Española de Rugby en reconocimiento a la importancia de este deporte en el país. Además, el esposo de la reina Letizia aceptó la presidencia de honor de la institución como parte de la celebración del centenario de la llegada del rugby a España, que la federación conmemora en 2023.
El rugby ha demostrado ser un deporte que trasciende las fronteras y las clases sociales, y su influencia en la realeza demuestra su capacidad para unir a personas de diferentes orígenes en torno a una pasión compartida. A medida que la realeza continúa mostrando su apoyo al rugby, este deporte sigue siendo un símbolo de los valores que promueve, como la lealtad, el trabajo en equipo y el respeto, que resuenan tanto en el campo de juego como en la sociedad en general.