La realeza británica, una institución envuelta en tradición y ceremonia, es conocida mundialmente por su apellido Windsor. Este nombre, sinónimo de estirpe y elegancia, tiene una historia tan fascinante como los miembros que lo portan. En este artículo, desentrañamos el porqué de este apellido que resuena con fuerza en los pasillos del poder y la historia.
Cambio de nombre en tiempos de guerra
El apellido Windsor no siempre fue el estandarte de la familia real británica. Originalmente, llevaban el apellido Sajonia-Coburgo-Gotha, un legado del príncipe Alberto, consorte de la reina Victoria. Sin embargo, los vientos de cambio soplaban con la Primera Guerra Mundial, y el sentimiento antigermánico en el Reino Unido alcanzó su punto álgido. Fue entonces cuando el rey Jorge V, en un acto de solidaridad con su nación y para distanciarse de las connotaciones alemanas, decidió adoptar un apellido distintivamente británico: Windsor.
El Castillo como símbolo
El elegido fue Windsor, un nombre derivado del castillo homónimo, residencia de la Familia Real por más de mil años y símbolo de la monarquía británica. El castillo de Windsor, con su imponente presencia y su rica historia, se convirtió en el perfecto emblema para una familia real que buscaba reafirmar su identidad en medio de un conflicto global. Así, el apellido Windsor se convirtió en un refugio seguro en tiempos turbulentos, un faro de continuidad y resistencia.
Hoy en día, el apellido Windsor sigue siendo un pilar de la identidad real. A pesar de los cambios y desafíos que ha enfrentado la monarquía, el nombre Windsor permanece inalterable, un recordatorio constante de la adaptabilidad y la supervivencia de la institución. La familia Windsor continúa desempeñando su papel ceremonial y representativo, manteniendo viva la llama de una tradición que se remonta a siglos de historia.
El apellido Windsor es mucho más que un nombre; es un símbolo de la historia viva, de la resistencia y la evolución de una familia que ha sabido mantenerse relevante en un mundo en constante cambio. Con cada generación que pasa, el legado Windsor se fortalece, asegurando que el brillo de la corona no se desvanezca en el olvido.