La realeza se suele concebir como un mundo libre de imperfecciones, los cuentos de hadas nos han hecho imaginar que todo lo que sucede la Corona es de ensueño. Pero la realidad es que, como en todas las familias, es común que haya malentendidos porque las figuras reales no dejan de ser humanos con emociones y conflictos, como es el caso de las peleas que ha tenido la reina Letizia con las infantas Elena y Cristina.
El inicio de la relación entre la reina Letizia con sus cuñadas, Elena y Cristina
El único momento donde pudimos ver una foto armoniosa entre la reina Letizia y las infantas Elena y Cristina fue en la lejana pedida de mano de la ahora reina y el entonces príncipe de Asturias el 6 de noviembre del 2003. Después de aquel momento, poco a poco la relación familiar se comenzó a envolver en malentendidos y rumores en la prensa, mismos que degradaron el vinculo entre las tres mujeres de la familia real española.
¿Por qué no se lleva bien la reina Letizia con las infantas Elena y Cristina?
El máximo conflicto que ha tenido la esposa del rey Felipe VI con la infanta Elena se remonta a la muerte de Erika Ortiz, hermana menor de la reina Letizia. En aquel entonces, su cuñado y esposo de la infanta, Jaime de Marichalar, fue uno de sus más grandes aliados para un momento de duelo. Su cariño, apoyo y atención los hizo construir una relación amistosa tras la presencia de su familiar en una etapa de luto.
Cuando la infanta Elena y Jaime de Marichalar tuvieron que cesar temporalmente su convivencia, la reina Letizia no retiró el apoyo a su cuñado y Elena no tardó en interpretar tal gesto como una traición. Si bien desde la llegada de Letizia a la familia real española se notó la diferencia de personalidad entre ella y la infanta, este episodio fue uno de los primeros puntos de partida de las peleas que han tenido estos dos personajes reales.
Mientras tanto, uno de los desencuentros más incómodos entre la infanta Cristina y Letizia fue el que hubo en 2005, cuando la ahora reina estaba embarazada de su hija, la princesa Leonor, y no permitió que los Urdangarín pasaran la noche en su casa porque ella no se sentía bien. Ante tal decisión, Cristina cambió por completo su complicidad y afecto que mostraba tener con la esposa de su hermano.