Cuando la reina Beatriz de los Países Bajos se despedía de su reinado, su imagen y la de la monarquía no era la mejor. Si bien al comienzo de su reinado, su imagen era muy buena, con el correr de los años, se le criticaba a la monarca que no se amoldaba a una sociedad más conectada y moderna.
Luego de tres décadas de reinado, Beatriz dejó su lugar al príncipe Guillermo Alejandro y a su mujer, Máxima Zorreguieta. Esto, fue beneficioso para la monarquía, pero hubo una actitud de Máxima de Holanda que opacó a la reina Beatriz y al rey Guillermo. Seguí leyendo para conocer de que se trata.
¿Cómo Máxima opacó a la reina Beatriz y al rey Guillermo?
La imagen de la reina Beatriz pasó a su heredero el Guillermo, pero uno de los puntos que más le afectó fue su rechazo o repugnancia hacia la prensa. La reina Beatriz no concedía entrevistas ni brindaba datos de su familia. Por otra parte, su oficina de comunicación también era escueta en cuanto a sus declaraciones.
La razón de este cierre y privacidad era que según la reina Beatriz en la prensa reinaba la mentira. Beatriz tampoco posaba para fotos y esta sequia de información fue algo que repercutió en la gestión de Guillermo, quien optó por también huir de la prensa. Este fue un punto de inflexión, donde incluso en el año 2000 se llegó a hablar sobre el futuro de la monarquía.
La reina Beatriz seguía con una imagen negativa y continuaba perdiendo poder, hasta que Máxima Zorreguieta, brindó una solución. Tras la boda de Guillermo y Máxima en 2002, la sociedad vivió una renovación en cuanto a su imagen. Se hablaba de que Máxima aportaba frescura y espontaneidad a la familia real, algo que Guillermo y Beatriz no comunicaban.
Máxima, con su carisma y belleza, logró mejorar y maximizar la imagen de Guillermo y la monarquía. Para muchos, esta soltura de Máxima opacó a la reina Beatriz y al rey Guillermo, aunque al final, el resultado fue favorecedor para la familia real.
¿Cuál fue la estrategia de Máxima con la prensa?
Máxima a través de sonrisas y abrazos en público, logró brindar algunos detalles de su vida privada en la realeza, lo que fue bien recibido por la prensa. Desde su casamiento, Guillermo Alejandro y Máxima organizaban cenas abogados, académicos, artistas, políticos. Esto sirvió para demostrar que el príncipe y la princesa eran más cercanos, cálidos y hospitalarios.
Sin embargo, en el último año, la popularidad de la familia real no aumentó. Este intento de mostrar ser como todos y al mismo tiempo ser de la realeza, implica un gasto de 100 millones de euros al año a los Países Bajos, algo que ya no se ve como buena estrategia.