La Infanta Cristina viene atravesando meses muy complicados a nivel personal. Los rumores sobre la mala relación con su madre, la Reina Sofía, son cada vez más frecuentes. Pero lo que más la ha afectado fueron las fotos del ex duque de Palma paseando con una misteriosa mujer: Ainhoa Armentia.
Ante esta situación, la Infanta Cristina tomó la decisión de separarse de Iñaki Urdangarin. Desde comienzos de este año, Cristina vive sola con su hija menor Irene, en Ginebra, y en las últimas horas debió abandonar su hogar para permitir que Iñaki visite a su hija. Lo cierto es que el ex duque está intentando remediar su relación con la joven a través de divertidos planes.
Teniendo en cuenta el apego de la nieta de la Reina Sofía con su madre, la Infanta Cristina, ella habría sido la que peor habría digerido la infidelidad de su padre con Armentia, negándose a admitir cualquier explicación pese a los continuos intentos de sus hermanos por suavizar lo ocurrido.
En algunas fotos se pudo ver como la hija de la Infanta Cristina apenas le dirige la palabra a su padre, mientras que éste contaba con una expresión “apesadumbrada y suplicante”. No obstante, poco duró la situación tensa entre Irene e Iñaki, ya que, minutos después, “el cariño se impuso al enfado” y la joven dejó que su padre le diera abrazos y besos.
Aunque de momento no hay una confirmación oficial por parte de la Infanta Cristina o de Iñaki Urdangarín, todo apunta a que la hermana del rey Felipe VI y su hasta ahora marido ya habrían firmado los papeles del divorcio. Este es otro de los motivos de la visita de Iñaki a Ginebra, quien habría aprovechado la oportunidad para firmar los papeles del divorcio y remediar la relación con su hija menor.