A Javier Santos no le importan los reveses judiciales. Desde hace 20 años pelea para que la Justicia lo reconozca como hijo de Julio Iglesias y, salvo en una ocasión, hasta ahora ha perdido todas sus batallas. Ahora, solamente le queda la posibilidad de recurrir a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La última gran derrota de Javier Santos fue ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, en Francia. Hasta allí, el supuesto hijo de Julio Iglesias llegó con la misión de obtener un punto a su favor luego de que la justicia española le fallara en contra en varias ocasiones, pero no logró ni siquiera que se reabra el caso.
Por eso, sus abogados han tomado la decisión de acudir a la ONU con dos argumentos como principales espadas: “Presentar demandas contra los otros hijos de Julio fuera de España” y “poner en conocimiento de la OMS la disfunción entre genética y justicia y potenciar la figura de un mediador”. Con ello, Javier Santos apuesta a dar vuelta una batalla en la que ha recibido más golpes que caricias.
El día que Javier Santos fue declarado hijo de Julio Iglesias
En el 2019, la vida de Julio Santos pareció cambiar para siempre. En el séptimo mes del año fue declarado hijo de Julio Iglesias tras una prueba de ADN que así lo demostraba, pero casi un año después la Justicia dio marcha atrás, ya que la prueba había sido obtenida de una botella arrojada por el cantante y se consideró que fue tomada de manera ilegal.
A partir de ese momento, la batalla de Javier Santos por ser reconocido como hijo de Julio Iglesias no ha cesado en ningún momento. Según lo que él y su madre, María Edite, han contado, esta conoció al artista en 1975. El romance entre ambos duró apenas unos 10 días, pero en ese lapso ella habría quedado embarazada. Recién, varios años después de su nacimiento, ella le contó sobre su supuesto padre.