Enrique Iglesias es uno de los artistas latinos que no pierde vigencia. El hijo de Julio Iglesias e Isabel Preysler comenzó desde mucho chico en el mundo de la música. A pesar del parentesco, se hizo un nombre propio en su carrera profesional y ahora tiene propio vuelo sin la sombra de su padre. Además, en el plano sentimiental está asentado, ya que lleva 10 años en pareja con la ex tenista Anna Kournikova.
Con la irrupción de la pandemia, Enrique Iglesias tuvo un descanso forzoso en cuanto a recitales, pero lo aprovechó para seguir componiendo canciones. Desde hace varios está afincado en Miami, aunque de vez en cuando visita España para encontrarse con su madre Isabel Preysler. En una entrevista en El Hormiguero reconoció el ritual que hace antes de subirse al escenario y le resulta beneficioso.
“Me tomo un poco de vodka, me gusta quedarme solo y visualizar lo que va a suceder. Todavía me sigo poniendo nervioso y siempre pienso que es el último show”, dijo Enrique Iglesias. Aunque habitualmente gira por todo Estados Unidos, esta vez amplió su horizonte e hizo un concierto en Qatar antes del inicio del Mundial de Fútbol.
Su relación con sus fanáticas
Enrique Iglesias está muy pendiente de sus fanáticos. Tras el recital en Qatar, paró su coche para sacarse una selfie con un seguidor que se lo pidió de un auto al otro en plena calle. En cada show no tiene problemas en darle un beso a las fanáticas que suben al escenario en pleno recital. El hijo de Julio Iglesias no tiene inconvenientes a los pedidos de sus seguidores.
Su primer recital después del encierro de la pandemia fue en Mónaco y Enrique Iglesias lo disfrutó, aunque padeció los nervios como si fuera la primera vez. “Me gusta que sea así. Hace dos semanas tuve mi primer show y hacía un año y pico que no me subía al escenario; fue en Mónaco, y estaba supernervioso”, dijo el cantante. El hijo de Julio Iglesias es uno de los artistas de habla hispana más reconocidos en estos momentos.