Manuela de Arenzana es la nieta mayor de Raphael y acaba de cumplir 18 años. Sus padres, Alejandra Martos y Álvaro de Arenzana, están separados pero han sabido mantener una relación cordial y equilibrada para proteger a sus hijos. Las mujeres de la familia siempre han tenido un perfil muy medido, sin sobreactuar la exposición y está por verse si en el caso de Manuela será así.
Manuela es parte de la tercera generación de la familia Martos Figueroa y ha dado un paso fuera de lo común junto a su madre. Lo ha hecho en una sesión de fotos para De Chávarri, la marca de marroquinería que han lanzado Curra y Cristina Chávarri. La imagen sorprendió por el perfil bajo que siempre buscan, pero coincide con la reciente aparición que también hicieron juntas para la presentación de la serie documental Raphaelismo.
La nieta de Raphael y Natalia Figueroa tiene una marca clara de su herencia familiar: las cejas. Este rasgo físico hace que le marque un rostro con mucha personalidad. La joven ha optado para sus estudios por una carrera más alejada para lo que podrías esperarse para una aristócrata. Ha comenzado a estudiar psicología y ha confesad que le gustaría especializarse en criminología.
Por ahora, Manuela de Arenzana no ha demostrado que quiera ser parte de las “hijas de” y no hace gala en sus redes sociales de ser la nieta de Raphael. Incluso, su madre, Alejandra Martos, ha dicho a la revista Hola que la joven no quiere ser una denominada “influencer”, ni mucho menos una “it girl”.
Así, la joven Manuela prefiere concentrarse en sus estudios de psicología, lejos de lo que se podría esperar de una socialité. Si perfil en Instagram sigue cerrado, pero no sabemos qué cantidad de ofertas ha recibido para abrirlo a distintas marcas. De esta manera, la nieta de Raphael sigue con la tradición familiar de mujeres que evitan la exposición mediática.