El amor entre estas dos leyendas data de los años 60 donde el mundo era completamente distinto al que hoy conocemos. La manera de acercarse de los hombres a las mujeres distaba mucho de los whatsapps y el famoso Tinder. Raphael comenzó su cortejo de la manera más ortodoxa y tradicional posible, café, cenas y muchas postales desde los lugares por donde tocaba su música en sus giras con su banda.
Cuando se conocieron él ya era una consagrado músico y ya contaba con fama de mujeriego y de salidor. Ella en cambio era una muchacha de la burguesía, el padre de Natalia Figueroa era Agustín de Figueroa marqués de Santa Floro, hijo del conde de los romanones por lo que en su momento él se opuso a esta unión ya que él no de era de la oligarquía por lo tanto no era digno de ella,
Gran parte de la familia también se oponía al matrimonio por lo que Natalia Figueroa tuvo que realizar una preparación silenciosa. La condesa de Yebes, por ejemplo, y Blanca de Borbón también se oponen pero la boda se termina realizando igual el 14 de julio de 1972 en Venecia con la presencia de toda la familia.
Una de las cosas que sufrió en un primer momento Raphael y su pareja fueron las críticas hacia las formas amaneradas que el cantante tenía para moverse y expresarse. Por supuesto la prensa amarilla no tardó en juzgarlo como homosexual reprimido lo cual le trajo muchos problemas con su aburguesada familia político que aún no aceptaba el casamiento
Otro gran problema por el que atravesó la pareja de Raphael y Natalia Figueroa fue el grave alcoholismo por el que atravesó el cantante al punto que debió se le debió realizar un trasplante de hígado en el año 2003. Gracias al apoyo de su mujer pudieron sortear todos estos problemas y formar un buen matrimonio.