Rafael Nadal es sin dudas un referente en varios aspectos, no solo en el tenis y en lo deportivo. Es un verdadero caballero dentro y fuera de la cancha, tiene un costado humano como pocos en el circuito y siempre deja la bandera de España en lo más alto por donde quiera que vaya. La sociedad española y el mundo en general lo aprecian por sobre manera y es un cariño que se lo ha ganado de manera honrada.
Cuando anunció el embarazo de su mujer Mery Perelló el planeta entero se puso muy contento al saber de la inmensa alegría que esto le daría a Rafael Nadal porque era un proyecto que le hacía mucha ilusión al tenista desde mucho tiempo atrás. Independientemente de que la prensa afirma constantemente de que esto será una distracción para el tenista y que puede afectar su profesión, Rafael Nadal siempre se ha reído de esos comentarios y ha ironizado al respecto. Aunque es verdad que en algunas ocasiones se ha enfrentado a los periodistas que le reclaman esta nueva etapa como padre en la que abandonará un poco el tenis.
Rafael Nadal últimamente viene demostrando que los años no vienen solos y que el cuerpo le comienza a pasar factura por tantos años de un rendimiento más que elevado. Las lesiones y dolores lo aquejan constantemente y es cada vez más común verlo retirarse de las pistas de tenis por dolores muy fuertes.
Esto último se repitió en el partido de esta última edición de Wimbledon donde tuvo que detener el partido ante la atenta mirada de su esposa Mary Perelló para que lo atendieran.
En todo momento Mery Perelló se mostró sumamente nerviosa por el estado del padre de su hijo, luciendo una pequeña panza de embarazada que ya no se oculta, y se quedó mucho más tranquila cuando volvió a saltar al verde césped para continuar el juego contra Taylor Fritz el cual finalmente ganó