Uno de los productos de belleza ideales para conseguir el deseado efecto de ‘buena cara’ que todas queremos son los ruborizantes. No son coloretes, ni tampoco iluminadores. Nada de eso, sino de unos discretos tintes de efecto líquido que potencian el efecto natural del rubor de las mejillas pero, eso sí, con un matiz mucho más pigmentado.
Su misión es conseguir un rostro con efecto jugoso y muy natural y dar un toque de color a nuestra piel, pero sin resultar demasiado llamativo. Se usan especialmente en la zona de los pómulos, aunque también ponerlo en los labios. El rubor aporta un look súper lindo y cálido en nuestro rostro, pero para lograr un efecto muy natural y ligero en nuestra piel, es bien importante usar el tono correcto además de aplicarlo de la forma adecuada
En el verano, y más con la humedad propia de las altas temperaturas, lo que menos necesita nuestra piel son maquillajes densos y muy cubrientes que terminen creando efecto máscara en nuestra piel. Lo que necesita, especialmente cuando las temperaturas son más elevadas, son texturas ligeras y colores delicados que aporten buen tono sin resultar pesadas. Y aquí es donde entra en juego el rubor para lograr el efecto deseado.
Los ruborizantes se pueden usar en los labios. Aplica y deja secar hasta que el labio absorba el color. Lucirás una sonrisa fantástica y con un color mucho más intenso. Por otro lado también puedes aplicarlo en la mejilla. Aplica tres trazos de rubor sobre cada mejilla y difumina rápidamente con la punta de los dedos.
Puedes aplicar el rubor con una brocha para pulir más el resultado. A pesar de estar pensado específicamente para conseguir el deseado “efecto buena cara”, jugoso y natural, en la zona de los pómulos, también puedes utilizarlo para potenciar el tono natural de los labios.