El matrimonio de Raphael y Natalia Figueroa fue toda la vida motivo de cotilleo para su entorno y el público en general. Las suspicacias en torno a si el amor que se profesaban era verdadero siempre estuvieron en boca todos y nunca faltó quien dudara de la veracidad de todo lo que sucedía puertas para dentro de un matrimonio de un artista de orígenes humildes y una mujer de la aristocracia con todo el dinero del mundo.
Aunque nadie lo crea esta relación ya lleva más de 50 años y la realidad es que cuando comenzó nadie creyó que duraría más de 50 días. Raphael sabía que tenía en contra a todo el entorno de su actual esposa y aún así decidió luchar por poder conquistarla y transformar todo el odio que le tenían en cariño.
La persona que más se negaba a la relación era ni más ni menos que el poderoso padre de Natalia Figueroa, Agustín de Figueroa, el marqués de Santo Floro, quien además de ser muy protector de su hija nunca vio con buenos ojos al artista. Siempre pensó que sus intenciones no eran las mejores para con su hija y lo rechazó desde un primer momento.
Uno de los grandes motivos para tal odio eran las manera tan amaneradas con las que siempre se desenvolvió Raphael. Esto le hacía sospechar a su suegro de una homosexualidad latente la cual no quería aceptar. El hombre luchó por desenmascarar a este hombre que según él venía a robarse a su hija, pero la realidad es que el 14 de julio de 1972 la pareja se casó en la ciudad de Venecia, Italia. Dicho evento terminó de consolidar la pareja tanto para la prensa como para la familia de Natalia Figuero quienes no tuvieron más remedio que aceptar a Raphael.
Es es el día de hoy que siguen unidos y el matrimonio funcionó a la perfección contra todos los pronósticos. Raphael ha realizado una estupenda carrera como el cantante que todos conocemos y ella se desempeñó como una gran periodista.