La inmensa mayoría de las parejas que atraviesan por una infidelidad acaban por separarse. Evidentemente si una persona llega a ese punto en la pareja es porque realmente no quiere estar más involucrada en la misma. Además la persona que sufre la infidelidad dudosamente pueda volver a confiar en ese amor que traicionó sus sentimientos.
Pero también hay un porcentaje de personas que logra perdonar al infiel e intentan continuar adelante con ese amor que está atravesando por una gran turbulencia que ha significado que la pareja corra a los brazos de otro/a. Es en estos casos en los que debemos comenzar a hacernos cargos de perdonar a la persona pero sin sufrir tanto por nuestra decisión porque evidentemente la cosa no terminará de la mejor manera.
Lo primero que debes hacer es asumir tu decisión de perdón. Si tras ese tiempo de reflexión decides perdonar a tu pareja, no puedes olvidar lo que eso implica. No tienes por qué olvidar lo sucedido, pero sí es necesario que dejes la rabia y el rencor a un lado. En futuras discusiones no debes utilizar la infidelidad como un reproche, ya que tal y como decidiste se trata de un capítulo cerrado.
La comunicación deberá ser fundamental ya que algo se rompió y ahora todo lo que comunicamos debe ser claro y conciso. Atrás quedaron los secretos y las omisiones y a partir de ahora todo debe ser comunicación, respeto y cariño. Obviamente habrá una de las partes que esté herida y susceptible por lo que la paciencia es fundamental.
Por último, una tarea de la persona que ha perdonado es respetar el propio duelo y no forzar nada. Es un momento muy complicado, especialmente para la parte engañada. Por eso es él o ella quien debe llevar las riendas y concederse el tiempo necesario para reflexionar y tomar la decisión oportuna.