Es una obviedad que cuando terminamos de pelar esa jugosa mandarina lo primero que hacemos es buscar el cesto de la basura para poder tirarla. Lo vemos como un objeto sin importancia el cual debe ser descartado, pero no notamos que cuenta con muchas propiedades y características que nos pueden ayudar en el día a día.
Antes de descubrir cómo utilizar la cáscara de mandarina, conviene destacar sus ventajas y beneficios. Las mandarinas son ricas en nutrientes, ¡pero las cáscaras no lo son menos! Contienen principalmente vitaminas (C, B1, B2, B6, D, K, E, A) y minerales (fósforo, potasio, selenio, magnesio, calcio, sodio), fibra y flavonoides. Es por todo ello que mucha gente también se la come, pero veamos qué otras cosas se puede hacer con la cáscara de la mandarina.
El primer de los usos que le podemos dar a la cáscara es aromatizar nuestras comidas. Tanto para pasteles como para tartas su gran sabor dulce te permitirá darle un toque más agradable a tus postres. Con un simple ya puedes modificar por completo el sabor de tu cocina.
Otra gran alternativa es perfumar tu hogar con las cáscaras de la mandarina. Su aroma es muy fuerte y podemos ambientar toda nuestra casa con un par de cáscaras sin mayor esfuerzo. recoge las cáscaras y colócalas sobre el radiador y en un recipiente de cristal. Podrás perfumar tu casa de forma natural sin gastar un solo euro con el aroma más excéntrico posible.
Al momento de limpiar nuestra casa la mandarina puede ser una gran aliada. Podemos perfumar todos nuestros muebles cuando al momento de limpiarlos le salpicamos jugo de mandarina a los elementos de limpieza. El mismo quedará impregnado en los muebles y la casa entera brillará y tendrá un aroma exquisito. Haz la prueba con todos estos trucos y jamás volverás a tirar una sola cáscara de mandarina.