Zelda Williams, la talentosa actriz y directora, hija del comediante y actor Robin Williams generó titulares recientemente al plantear preguntas cruciales sobre el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en la industria del cine. Su preocupación se centra en la creciente tendencia de utilizarla para replicar las voces de actores y la ética detrás de esta práctica.
La discusión sobre la IA en Hollywood ganó relevancia en los últimos años a medida que la tecnología avanzó a pasos agigantados. Una de las aplicaciones más notables en la industria es la capacidad de recrear las voces de actores fallecidos o envejecidos. Esto planteó cuestionamientos éticos profundos sobre la autorización y el consentimiento, así como sobre la preservación de la identidad y la integridad artística de los intérpretes.
Zelda Williams, quien estuvo involucrada en la industria del cine y la televisión, expresó sus preocupaciones sobre cómo la IA puede utilizarse para manipular y recrear las voces de los actores sin su aprobación previa. Señala que esta práctica plantea preguntas fundamentales sobre la privacidad, la propiedad intelectual y la ética en la creación artística.
Una de las cuestiones clave que Zelda Williams plantea es si los actores deben tener un control más estricto sobre el uso de sus voces en producciones futuras. La IA puede generar una voz que suena como la del actor original, lo que podría llevar a una serie de problemas legales y éticos en torno a la autorización y el consentimiento.
Además, existe la preocupación de que el uso excesivo de la IA en la replicación de voces de actores pueda llevar a la pérdida de trabajos para actores de voz reales, lo que afectaría negativamente a una comunidad artística ya competitiva.
¿Qué dijo Zelda Williams?
Si bien la IA demostró ser una herramienta poderosa en la industria del entretenimiento, Zelda Williams subraya la necesidad de un diálogo abierto y responsable sobre su aplicación. Esto incluye la consideración de salvaguardias éticas y legales que protejan los derechos e intereses de los actores y artistas.
“Durante años he visto cuántas personas quieren entrenar estos modelos para crear/recrear actores que no pueden dar su consentimiento, como mi padre”, reconoció Zelda Williams. También lo cuestionó y dijo que son “una mala imitación de personas más grandes” y puede transformarse en “un monstruoso Frankenstein”.