El pasado fin de semana la localidad gaditana Medina Sidonia se convirtió en un conclave del mundo de la realeza, político, empresarial, social y económico de nuestro país.
Ochocientos invitados estaban citados en la Iglesia Santa María Coronado en la localidad gaditana para ser testigos del enlace matrimonial de Javier Prado Benítez con Catalina Vereterra Gastearen, tras seis años de feliz noviazgo, la pareja se daba el ‘sí quiero’ antes todos sus familiares y amigos íntimos de la pareja.
Con un sol de justicia y unas temperaturas veraniegas, Medina Sidonia se convirtió por unas horas en un auténtico set de flashes, fotógrafos y curiosos que no quisieron perderse este acontecimiento social de la temporada en la ciudad gaditana. Desde primera hora de la tarde las inmediaciones de la Iglesia se fue llenando de vecinos y curiosos que, móviles en mano, quisieron retratar de cerca a las numerosas caras conocidas que asistieron al enlace del hijo del presidente de Mediaset.
Tras seis años de relación, los novios, felices y muy ilusionados, no pudieron ocultar la emoción en este día y hacer realidad su sueño al abandonar su soltería. Un día que no pudo empezar mejor, un sol radiante de un otoño con unas agradables temperaturas, casi veraniegas en Medina Sidonia, lugar donde el padre del novio, posee la finca ‘El Toñanejo’ y donde tuvo lugar la posterior celebración. Aquí en esta localidad gaditana el novio ha pasado parte de infancia y el lugar al que la familia Prado Benítez ha celebrado todos los acontecimientos familiares.
Tras más de seis años de relación, Javier y Catalina pusieron el pasado sábado 30 de septiembre el broche de oro a una bonita historia de amor convirtiéndose en marido y mujer ante sus seres más queridos y amigos.
Con mucha expectación, desde horas antes las inmediaciones de la Iglesia estaba tomada por curiosos que se echaron a la calle para ver el acontecimiento social más importante de la temporada en Medina Sidonia. Y a las siete de la tarde, llegó el momento más esperado, la llegada de Catalina y con ello se desvelaba uno de los secretos mejor guardados, el vestido de la novia. Catalina, con una puntualidad británica, llegó muy puntual y descendió de un imponente coche acompañada de su padre y padrino, Luis Vereterra, vestido con el uniforme del Real Cuerpo de la Nobleza de Granada, emocionado y feliz al llevar a su hija al altar. La novia lució un elegante y original traje de corte sirena, de tirantes que va ceñido al cuerpo y con una falda que llamó la atención por las capas de tul. EL toque original de este elegante look lo puso su capa con trasparencias que llevo sobre el cuerpo de su vestido y que cubrió escote, hombros y brazos. Como joya llevaba una espectacular tiara con brillantes con la que dio el toque de princesa y unos pendientes largos en forma de lágrima completaron el look nupcial. Para este día optó por llevar su melena recogida en un sencillo moño bajo tipo bailarina. El ramo de novia de Catalina era original y alegre formado por diferentes tipos de flores silvestres.
Minutos antes, lo hizo Javier Prado Benítez. Feliz e ilusionado llegó a las inmediaciones de la Iglesia de Santa María Coronado del brazo de su madre y madrina, Pilar Benítez Toledano, muy elegante con mantilla española de color crudo sobre traje rosa palo, guantes y unos espectaculares pendientes de esmeraldas y brillantes y broche de brillantes en lazo.
Entre los asistentes al enlace entre Javier y Catalina pudimos ver a la Infanta Cristina-iba del brazo de Borja Prado jr-, uno de los tres hijos del presidente de Mediaset. La relación de la familia real con Borja Prado de Eulate viene de lejos, dada la excelente amistad que mantuvo el rey Don Juan Carlos I con Manuel Prado y Colón de Carvajal, abuelo paterno del novio. El presidente francés Nicolás Sarkozy y Carla Bruni, José María Aznar y Ana Botella, las hermanas Cari y Miriam Lapique, Alberto Cortina y Elena Cué, el piloto Carlos Sainz junto a su mujer Reyes Vázquez de Castro y la princesa Miriam Ungria, esposa del príncipe Ghazi bin Muhammad de Jordania-, primo del rey Abdalá II. Tampoco quisieron perderse este enlace Nuria González, esposa de Fernando Fernández Tapias, Ana Gamazo de Hohenlohe, esposa del empresario Juan Abelló, Helena Revoredo, presidenta de Prosegur, entre otros.
Tras convertirse en marido y mujer, la pareja se trasladó junto al resto de sus invitados a la finca ‘El Toñanejo’, propiedad de la familia Prado de Eulate situada en Medina Sidonia, donde se celebró el ágape nupcial. En esta finca se puso en marcha la ganadería Torrealta, muy conocida en el mundo taurino y de la que se encarga Pilar Prado Benítez, la hija menor del matrimonio Prado-Benítez.
Sobre los novios, Javier estudio una doble titulación en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid). Actualmente trabaja en Península Capital Advisor. Por su parte, la novia Catalina se formó en el colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) y es hija del abogado Luis Vereterra Gutiérrez Maturana y de María Gastearena Larrea.