Angelina Jolie quiere abandonar definitivamente Los Ángeles y, si todo sale bien, echar raíces en su casa de Camboya. El único impedimento que tiene por delante, como ha revelado en su última entrevista, es la ardua batalla legal que libra con su exmarido, el también actor Brad Pitt, desde 2016. A día de hoy, la expareja sigue disputándose la custodia de sus hijos menores de edad y el reparto de sus bienes compartidos.
Desde el fin de su matrimonio con Brad Pitt, hace ya siete años, la oscarizada intérprete siente que ha perdido la "libertad" para "viajar y vivir" como antaño. Pero tan pronto como acabe la pesadilla judicial en la que está inmersa, Jolie se alejará irremediablemente del "insano" Hollywood para residir en un lugar que considera mucho más "auténtico".
Según ha explicado Angelina Jolie: "Todo esto ha sido parte de lo que ocurrió a raíz de mi divorcio. Perdí la capacidad para viajar y vivir con tanta libertad. Me mudaré cuando pueda", ha revelado en conversación con el Wall Street Journal Magazine. "Crecí en un lugar muy superficial", ha añadido la hija del también actor Jon Voight sobre la meca del cine. "De todos los sitios en los que he estado, puedo decir que Hollywood es insano", incide.
Es más, su hijo Pax dirigió a Brad Pitt en una publicación privada de Instagram, la cual se filtró a los medios a finales de noviembre. El joven de 19 años acusaba a su progenitor, entre otras cosas, de haber convertido su vida y la de sus hermanos en un infierno, y le calificó de "imbécil" y "despreciable".
Sin embargo, Angelina Jolie sí se ha pronunciado sobre el impacto anímico que el divorcio está teniendo en sus retoños: "Teníamos que sanar. Hay cosas que todavía tenemos que sanar". En una nota más positiva, la artista confía en una de las grandes "fortalezas" de su prole, clave para superar cualquier adversidad. "Mis hijos son las personas más cercanas a mí, mis mejores amigos. Somos siete personas muy diferentes, y esa es nuestra fortaleza", presume.