Pedro Pascal es una de las estrellas más conocidas del momento. Muchos lo conocieron en Game of Thrones, los más memoriosos lo recordaban por un pequeño papel en Buffy, la cazavampiros. Sin embargo, su total y absoluta consagración se dio en los últimos años con The Mandalorian (Disney Plus) y The Last of Us (HBO Max).
El actor y su familia son de Chile, pero él vivió muy pocos años en este país de América del Sur. Al poco tiempo de nacer, su familia se fue a vivir a Dinamarca y luego a Estados Unidos. Tuvieron una razón muy importante para mudarse y que ha definido, en gran parte, la forma de pensar de Pedro Pascal.
Para comprender esa huida de la familia de Pedro Pascal hay que recordar que en Chile hubo un Golpe de Estado en 1973 contra el presidente constitucional Salvador Allende. Tras el Golpe, el general Augusto Pinochet tomó el poder y comenzó con una dictadura militar muy sangrienta, con persecuciones, asesinatos y desapariciones.
Los padres de Pedro Pascal estaban involucrados en un movimiento opositor a Pinochet, por lo que cuando el actor tenía nueve meses debieron exiliarse en Dinamarca. Sus vidas corrían peligro y se mantuvieron fuera de Chile por varios años. Recién cuando el actor había cumplido los 8 fue que la familia regresó, pero no por mucho tiempo.
En 1993, Pedro Pascal y su familia se mudaron a Nueva York y él comenzó a desarrollar su talento como actor. De a poco fue consiguiendo papeles, aunque ninguno era muy importante, generalmente eran para un solo episodio y a hacer castings otra vez. Sin embargo, el actor nunca se rindió, como así tampoco se dejó de sentir chileno a pesar de haber vivido la mayor parte de su vida fuera de ese país.
Finalmente, su gran oportunidad se dio en el 2014 cuando apareció en seis capítulos de The Mentalist y en siete de una de las mejores series de la historia: Game of Thrones. Fue tan memorable la actuación de Pedro Pascal como Oberyn Martell, que al año siguiente le tocó protagonizar Narcos en Netflix. Las puertas de Hollywood se habían abierto de par en par para él de manera definitiva. El resto ya es historia conocida.