Cuando un amor muy fuerte y que hemos querido mucho se termina puede ser sumamente doloroso, pero doloroso en serio. Está comprobado que una ruptura amorosa puede tener efectos sumamente negativos en nuestro cuerpo al punto en que afecta órganos y genera dolores que son impensados que pudieran producir por un evento psicológico. Estos dolores pueden sentirse en diversas partes y por supuesto no siempre son en el mismo sector.
Lo curioso de estos dolores es que se pueden detectar en base a cual sea el problema que hemos experimentado con ese amor perdido. Dependiendo la manera en que lo vivamos será el dolor que podríamos experimentar, por eso es que señalamos cuáles son los dolores en base a las problemáticas.
Para dar una explicación más técnica debemos saber que de manera física y emocionalmente, el dolor afecta en gran medida a nuestra salud y activa la misma parte del cerebro. Aunque técnicamente no es físico, tu cabecita sí le envía esa 'orden' al cuerpo ¡y por eso todo es tan real! Lo vivimos como si sintiéramos ese dolor en el plano físico aunque quizá este no sea verdadero.
Veamos algunos ejemplos más específicos. Ante un desengaño o pérdida amorosa, es normal que sientas dolores de estómago, náuseas e incluso jaquecas. Por otro lado, el pecho puede ser otra de las partes que duelan más; normalmente como resultado del estrés y las reacciones negativas que nos genera esta situación.
Evidentemente si eres de los que llora un mar de lágrimas tus ojos se hinchan y se ponen rojos por lo mucho que lloras. La sal de tus lágrimas es la que provoca esta hinchazón que pueden ser sumamente molesta a lo largo del día. Por último podemos destacar los problemas que puede sufrir nuestra propia piel, hay personas que tienen problemas dermatológicos en respuesta de las hormonas al estrés o trauma causado.