Las cejas son una parte fundamental de nuestro rostro, ya que enmarcan la mirada, expresan nuestras emociones y definen nuestra personalidad. Por eso, muchas mujeres buscan tenerlas perfectas, que se adapten a la forma de su cara y que les aporten belleza y armonía. Sin embargo, no todas tenemos la suerte de nacer con unas cejas pobladas, definidas y simétricas.
Para solucionar este problema, existen diferentes técnicas de maquillaje permanente o semipermanente de cejas que nos permiten diseñar y rellenar las cejas con pigmentos que imitan el color y la forma del pelo natural. Una de las más populares es el microblading, un método que consiste en realizar pequeñas incisiones en la piel con una pluma especial llamada tebori, donde se deposita el pigmento pelo a pelo. El resultado es muy natural y dura entre uno y dos años.
¿Qué es el shading y en qué se diferencia del microblading?
Sin embargo, el microblading no es la única opción para tener unas cejas perfectas. Ahora hay una nueva técnica que está causando furor entre las amantes de la belleza: el shading o sombreado. Se trata de un procedimiento que se realiza con una máquina de micropigmentación que crea un efecto de polvo de maquillaje sobre las cejas. El resultado es más intenso y duradero que el del microblading.
El shading se puede hacer de dos formas: compacto o difuminado. El primero consiste en rellenar toda la ceja con el mismo tono de pigmento, creando un efecto más marcado y dramático. El segundo consiste en aplicar diferentes tonos de pigmento, creando un efecto más suave y natural.
El shading tiene algunas ventajas frente al microblading de cejas que lo hacen más atractivo para muchas mujeres. Algunas de ellas son que es más adecuado para pieles grasas o maduras, ya que el pigmento se fija mejor y no se corre ni se difumina con el tiempo, también es más rápido y menos doloroso, ya que se realiza con una máquina eléctrica que vibra suavemente sobre la piel y no requiere tantos retoques.