Úrsula Corberó es de las actrices españolas que más se han consagrado en el mundo por estos tiempos. La actriz de la casa del papel nación en 1989 en Sant Antoni de Vilamajor, un pueblo de catalán, a mitad de camino entre Barcelona y Gerona. A los Corberó nunca les sobró nada pues su padre era carpintero y vendía muebles fabricados y restaurados por sus propias manos. Su madre una luchadora, que ha hecho de todo: desde limpiar casas y vender colchones, hasta trabajar en una florería y en una pescadería.
La actriz de Netflix creció en una familia donde lo que faltaba de dinero sobraba de cariño. Le encantaba pasear con su abuela por el barrio gótico barcelonés y detenerse a merendar en las chocolaterías de la calle Petritxol. Quizá por la creatividad que veía en su padre o por su tía cantante, a los seis años comentó su deseo de dedicarse a la actuación. En vez de decirle “ya niña, vete a soñar a otra parte”, su madre decidió acompañarla.
El nombre de bruja de Úrsula Corberó
A Úrsula Corberó la llamarón así pues “es un nombre de bruja, pulpo y fea (la bruja, digo)”, como describió en su cuenta de Instagram, y en más de una oportunidad fue tema de diván: “He hecho psicoanálisis mucho tiempo y mi terapeuta me insistía en que nacemos muy condicionados por el nombre. Si te ponen Úrsula, claro que no puedes pasar inadvertida” señalaba la actriz.
Esta nena que luego Netflix la haría famosa, había protagonizado una historia de amor de esas que de tan ciertas parecen culebrón. Úrsula tiene una hermana mayor, Mónica Delgado. Ambas son hijas del mismo padre, pero Mónica lleva el apellido de su mamá porque cuando nació, Esther era menor de edad.
Úrsula Corberó es todo un enigma para los actores ya que cuenta con una rebeldía propia de una estrella de Rock pero a la misma vez se deja ver como toda una sentimental cuando de familia se trata. Es evidente que el significado de su nombre la lleva al aquelarre donde se puede disparar para cualquier lado. Esperemos que siga con este rumbo tan exitoso.