“Era Irrepetible, no habrá otra igual. Se nos va una gran amiga y una ciudadana del mundo”, cuenta en exclusiva a Panorama España un íntimo amigo de Ira. El repentino fallecimiento de la que fuera esposa del príncipe Alfonso de Hohenlohe, descubridor de Marbella, ha causado un hondo pesar en la jet set española e internacional. Ira de Fürstenberg, cuyo nombre real era Virginia Carolina Tereza Pancrazia Galdina Von Fürstenber tenía tratamiento de Alteza Serenísima y era hija del príncipe austro-hungaro Tassilo Von Fürstenberg y de Clara Agnelli, hermano del fundador de la casa de coches Fiat, Giani Agnelli, una de las familias más poderosas de Italia.
Su vida siempre estuvo marcada por el lujo, el boato y alta sociedad pero Ira amaba la sencillez, lo cercano y estar con su gente, le encantaba estar rodeada de sus grandes amigos tanto los que tenía en España como los que estaban repartidos por todo el mundo. Le fascinaba organizar cenas, almuerzos y fiestas a las que sólo iban el reducido grupo de amigos de la aristócrata. En la capital de España compró la casa de Duarte Pinto Cohello, un espectacular palacete con el que disfrutó en la reforma del mismo y que siempre que podía venía a pasar temporadas, porque Ira de Fürstenberg no era una mujer de quedarse en una sola ciudad.
Ira de Fürstenberg, era una trotamundos, viajera, entretenida, una mujer de mundo. Tenía casa en Roma, donde pasaba gran parte del tiempo, en Ronda, disfrutaba de una parte del verano en la finca ‘Las Monjas’, propiedad de Alfonso de Hohenlohe y ahí era feliz y recibía a sus íntimos amigos. Beatriz de Hohenlohe, su cuñada, la duquesa de Alba, Beatrice de Orleans, Naty Abascal, Tita Thyssen, Manolo Colonques, presidente de Porcelanosa, Alfonso Diez , el duque viudo de la duquesa Alba, Isabel Preysler, Tessa de Baviera, Tomás Terry o Pilar González de Gregorio, más conocida como Pilar Medina Sidonia, eran sus más allegados en nuestro país y que ahora lloran la muerte de su gran amiga a la que definen como única e irrepetible. Y es que la princesa tuvo una vida tan apasionante como interesante y nuestro país siempre ocupó un lugar privilegiado en su corazón. Con Marbella le unía un vínculo muy especial, vivió la época dorada de esta ciudad de la Costa del Sol donde su marido fue el descubridor de la misma. Ella junto al príncipe Alfonso de Hohenlohe fueron los grandes protagonistas junto a otros personajes de esa década, la de los 60 en adelante.
El repentino fallecimiento de Ira de Fürstenberg, ha pillado a todos por sorpresa y nada hacía presagiar que se iba a producir un desenlace de forma tan inesperada. Hace unas semanas tuvo una caída pero se recuperó y en la mañana del lunes la prensa italiana daba la triste noticia de su fallecimiento.
La historia de amor de Ira de Fürstenberg
Su noviazgo con el príncipe Alfonso comenzó cuando era muy joven y pronto supieron que lo suyo iba a acabar en un compromiso como así fue. Con tan sólo quince años contrajo matrimonio en Venecia con Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, empresario e histórico promotor de Marbella y fundador del Marbella Club, que fue el destino de estrellas internacionales y que actualmente es uno de los mejores resort de la Costa del Sol. De su unión con el aristócrata, del que se separó en 1960, nacieron sus dos hijos Christopher, que falleció trágicamente en una cárcel de Tailandia en 2006, un duro golpe del que Ira de Fürstenberg, jamás se recuperó; y Hubertus, fotógrafo, cantante y uno de los personajes incondicionales de la Costa del Sol. Éste último estaba muy unido a su madre y le gustaba pasar mucho tiempo con ella, De hecho consiguió que su madre participara en la grabación del video promocional de la canción con la que criticaba a Carmen Lomana. El mismo se grabó en la boca del metro de Madrid y Hubertus hacía de mendigo. Su propio hijo confesó “este es el fenómeno de los tiempos. Que la mujer más elegante de Europa a en este video promocional dándome cinco euros tiene su mérito. Me costó convencerla. Pero al final conseguí que hiciera algo tan simpático que hasta le ha divertido”, confesó al diario ABC. Y es que así era era Ira, genio y figura.
Durante su matrimonio con el padre de sus hijos, la pareja se trasladó durante una etapa a México, donde el príncipe tenía negocios en el país azteca y allí pasaron unos años estupendos y maravillosos.
Posteriormente Ira de Fürstenberg, volvió a contraer matrimonio con Francisco ‘Baby’ Pignatari, un empresario brasileño al que ella definió como el hombre de su vida y que a él le debía el estilo de vida que llevó hasta sus últimos días. Pero de este industrial brasileño también acabaría separándose en 1964. Ira de Fürstenberg era de esas mujeres que perteneció a la ‘beatiful people’. Se codeó con el príncipe Rainiero III y Grace Kelly, de los que era íntimo, con Audrey Hepburn, Ronald Reagan, Frank Sinatra, los duques de Windsor… Y es que otra cosa no pero vivir, vivió la vida intensamente hasta el final de sus días. Vivió como quiso e hizo lo que realmente le apetecía. Donde iba arrasaba y no pasaba desapercibida. Hizo de todo. Incluso se aventuró a hacer cine. No tuvo demasiada suerte pero su nombre apareció en la película No desearás al vecino del quinto que compartió con el actor español Alfredo Landa.
También en los últimos años Ira de Fürstenberg, quiso también desarrollar su faceta artística y en este tiempo se dedicaba hacer exposiciones de figuras y piezas realizadas con piedras semipreciosas como jade, malaquita, cristal, coral y que incluso la misma Corina Larsen se interesó por ellas para regalar al rey Juan Carlos I.
Sus últimas fiestas
Pero lo que más le gustaba a Ira de Fürstenberg, era reunir a sus más íntimos. Conocidas eran las espectaculares fiestas que organizaba para festejar su cumpleaños. Cuando cumplió los 70 quiso organizar un gran evento para festejar el cambio de década y convocó a todos sus invitados en Belgrado, en el Palacio del príncipe de Yugoslavia. Pero la mayoría de ellos no consiguieron llegar a destino debido a la erupción del volcán de Islandia. Doce años después, en 2022, con motivo de su 80 cumpleaños aunque dos años más tarde por la crisis sanitaria, la princesa celebró una fabulosa fiesta en el Palacio de Liria a la que convocó a la flor y la nata de la sociedad nacional e internacional que celebraron una velada única e inolvidable para ella. Fue el mejor regalo para la aristócrata de origen austro húngaro y raíces italianas que vio su sueño hecho realidad al soplar las velas rodeadas de todos sus seres más queridos. En declaraciones a la revista ¡Hola!, la princesa manifestó: “Ahora que estoy bien, ¡estoy tan aliviada que me volvió la vida al cuerpo y la alegría a la cara! ¡Son tantas vidas distintas! Lo que sí recuerdo con cariño es mi época de actriz en Italia y también en España. Creo que fue la etapa más dura y satisfactoria de mi vida, pero, al final, me arrepiento de no haber seguido haciendo cine. Aunque mis objetos preciosos son mi pasión de hoy, el cine lo es más todavía”, concluyó la bella princesa.
Un amigo íntimo y muy allegado a la aristócrata, que prefiere mantenerse en el anonimato, habló con Panorama España y nos definió a su gran amiga Ira de Fürstenberg, como “una persona muy vitalista, extrovertida, con mucho mundo, le encantaba tener a sus amigos, generosa, hospitalaria, siempre agradando a sus amigos y una gran viajera. Estar con Ira era disfrutar de la vida y empaparse de grandes historias. La vamos a echar muchísimo de menos. Era una gran anfitriona y exquisita en todo lo que hacía”.
Sin duda alguna, Ira de Fürstenberg, pasará a la historia como una mujer con grandes dosis de que se puso el mun do por montera que lo vivió como quiso, con quien quiso y donde quiso. La princesa será enterrada en el Panteón de la familia Fürstenberg en Austria.